El IVAM de València ha recurrido a la bailarina alcoyana para felicitar de una forma especial las fiestas. La compañía de Picó ocupó el museo con una veintena de bailarines para representar Halab, un sentido homenaje a las miles de vidas perdidas en el Mediterráneo. Halab es el nombre que recibía antiguamente la ciudad siria de Alepo. Tras una bajada de los bailarines con mucha carga dramática por las singulares escaleras del IVAM, la segunda parte de Halab lleva mensaje, a través de una gran botella hinchable que preside el vestíbulo y donde Sol Picó saca todos sus recursos dancísticos, unos escorzos que son una invitación para romper ese silencio cómplice de la mayoría silenciosa. Picó ha desarrollado estos días en el IVAM Posar el Cos un programa donde desarrolla el taller Halab en colaboración con el Conservatorio Superior y el Profesional de Danza de València. Y una selección de esos alumnos fueron los protagonistas de la interpretación ayer de Halab en el IVAM y hoy en la sede del IVAM en Alcoy.