Ligera, entrañable, vistosa, reflexiva y distendida exposición sobre la diversidad humana, cultural e incluso gastronómica, en contacto directo con los espectadores para fomentar la inclusión social. Una reivindicación de la riqueza de toda esa variedad, la tolerancia y la armonía entre todas las personas y los pueblos de la Tierra. Los viajeros por el mundo en busca de nuevos países. La migración como medio de hallar otros rumbos o mejores condiciones de vida. Y los lazos familiares en un teatro didáctico para toda la familia, con maniobras visuales donde el sentido teatral se acentúa al ofrecer situaciones de esta clase. Perú, Guinea Ecuatorial, Bangladés y China quedan reflejados con actores de cada uno de esos sitios, además de dos componentes habituales de la compañía valenciana El Pont Flotant, Jesús Muñoz y Pau Pons, responsables de la dramaturgia, de la ágil dirección de Les 7 diferències. Las diferencias promueven la actitud de la fraternidad y de desechar prejuicios con el resto del reparto que componen Natalyd Altamirano, Ruba Barva, Zhao Hu y Seve Junior, plantel idóneo para mostrar las experiencias de los propios intérpretes. Cajas, como símbolo del recuerdo y de mudanza, y telas, convenientemente manipuladas, son parte de la acción de una obra con los audiovisuales de Fermín Jiménez y la música de Pedro Aznar. Ficción y realidad se funden en las expresivas, desenfadadas y tiernas historias de cada uno de los personajes con sus rasgos y distintos orígenes. La creatividad y la singularidad sugieren, enganchan a todo tipo de espectadores, niños y grandes, y dan lustre a la trayectoria de esta compañía. El conjunto lleva muy bien a efecto lo pretendido, y las diferentes costumbres o tradiciones palpitan en el juego planteado. Pero también los puntos comunes. Y todo ello desde las posiciones cercanas del entendimiento, del respeto mutuo, que no siempre se produce en el día a día y pueden aparecer dificultades en las relaciones con individuos diferentes, en lugar de vivir con naturalidad las diferencias. El lenguaje contemporáneo de El Pont Flotant vuelve a seducir en el Arniches de Alicante, y late la lluvia de aplausos que obtiene el equipo.
