En 2015 fueron los Balcanes. En 2017, las aguas frente a las costas libias. A estos dos hechos les separan dos años y el territorio, pero les une el sufrimiento humano en la búsqueda de un sueño y también la visión de Gervasio Sánchez a través de su objetivo. Resultado de esas dos experiencias, el fotógrafo y periodista ha creado Geografía del éxodo, una exposición que ayer se inauguró en Casa Mediterráneo, nombre del mar «convertido en un cementerio humano», asegura.

En los Balcanes vio como 7.000 personas atravesaban las fronteras diariamente huyendo de una vida abocada a la injusticia y la necesidad. En el Mediterráneo, a bordo del barco Open Arms, vivió las ganas de vivir de los que no tenían vida en África y se embarcaban en barcazas imposibles después de pagar a las mafias.

«Fueron dos semanas impresionantes, recogimos a 1.200 personas, con momentos muy duros, pero tuvimos la suerte de no encontrar muertos», afirma el Premio Nacional de Fotografía (2009) y autor de más de una docena de libros fotográficos.

Estas dos experiencias han quedado plasmadas en cientos de imágenes. Pero para la exposición ha seleccionado 16, en un proceso «difícil», que se exhiben en lonas de casi tres metros de longitud. «El espacio es magnífico y al ver la reproducción me he quedado sorprendido porque no pensaba que iba a quedar tan bien la impresión en las lonas».

Pero Gervasio Sánchez abandona pronto la forma y se pasa al fondo. «Es una situación de gran desastre humanitario y me parece impresionante el circo que se monta en la Comunidad Europea cuando les interesa rentabilizar el tema de la inmigración y luego de repente lo olvidan».

Durante su «viaje» entrevistó a centenares de inmigrantes de hasta una treinta de nacionalidades. «Vienen de países en guerra o de condiciones de vida infames, por el camino la mayoría de mujeres y niñas son violadas... no sé como alguien puede hablar como si dejasen toda su vida atrás para ir de vacaciones».

El periodista se mostró muy crítica con todas las instituciones políticas, tanto europeas como españolas. «La UE tiene que tomar decisiones para buscar la forma de solucionar el problema, hay que convencer a la gente de que diga no a las mafias y se quede en su país, y para eso hay que apoyar su desarrollo. En esas instituciones trabaja gente que gana muchísimo dinero para que piense y haga bien las cosas».

Este año termina con más de 65 millones de refugiados en el mundo, «en países donde nuestras multinacionales han hecho grandes negocios», afirma.

Destaca la actitud del capitán del barco de Santa Pola Nuestra Madre Loreto, «que antepuso salvar vidas a su interés económico». Y apuntó: «A ver si la próxima vez que el señor Pedro Sánchez tenga que entregar una medalla, la entrega al capitán de ese barco, a personas que han actuado heroicamente y para mí es un privilegio que haya personas así en nuestro país».

Recordó también el pasado emigrante de España y resaltó cómo la sociedad se ha acomodad «y hemos olvidado la emigración que hubo en nuestro país en el pasado».

Todo eso quiere resumirlo Gervasio Sánchez en 16 fotos. Su objetivo es sencillo: «Que después de ver las imágenes la gente salga con algo más de información, que esas personas tienen nombre y apellido, y huyen de un desastre».