Excarbando en su pasado ha querido llegar al de todos, a aquellos niños y no tan niños que vivieron la época de la posguerra. No como su libro de memorias sino como el de toda esa generación. «Es la historia de los que no contamos para la Historia con mayúsculas», asegura Pedro Díaz Cepero, que de publicista y sociólogo ha derivado en su momomento justo en contador de historias. Y lo ha hecho con la novela No puse nombre a mi primer amor, que presenta hoy, a partir de las 20.15 horas, en la Sede Ciudad de la UA (Ramón y Cajal), con la participación del arqueólogo Pablo Rosser.

Son 24 capítulos que configuran un libro de 337 páginas, en las que el autor, madrileño afincado en Alicante, mezcla realidad y ficción, pero con un largo proceso de documentación. «Intento que se puedan identificar los que lo lean y vivieron esa época», como «un retrato sociológico y humano» de esas generaciones. Pero sobre todo, «hacer un producto de calidad», también «para que la gente joven sepa lo que era esa época y pueda aprender algo que a través de los libros de historia no va a conocer».

Este será el primer volumen de una trilogía. «Esta entrega va hasta los 18 años; la segunda abarcará desde los 18 hasta que empiezo a trabajar, y el tercer libro incluirá desde ese momento hasta el momento actual».