Los préstamos de piezas concretas, como la mano de bronce o el vaso de la Cova d'En Pardo, son en cierto modo habituales. Lo que nunca ha hecho hasta ahora el MARQ es montar una exposición propia con sus fondos para hacerla itinerante. El objetivo es doble. Por un lado, promocionar el museo en diferentes países, con lo que eso supondría también de aumento de ingresos, y, por otro, facilitar el intercambio de propuestas con otros centros.

Ese es el reto al que se enfrenta ahora el Museo Arqueológico de Alicante, que trabaja ya en la elaboración de esa muestra, tal como el equipo técnico dio a conocer al patronato de la Fundación MARQ, reunido esta misma semana, que aprobó además por unanimidad el presupuesto para 2019, fijado en 3,9 millones, algo más que este año.

El detonante para que el museo haya empezado a dar cuerpo a este proyecto ha sido la exposición Irán. Cuna de civilización, que llegará al MARQ, entre el 14 de marzo y el 1 de septiembre, procedente del Museo Nacional de Irán. «La situación de embargo económico a Irán hace que no se pueda ofrecer una contraprestación económica, de manera que nos pidieron a cambio una exposición de nuestros fondos», afirma José Alberto Cortés, director de dicha fundación.

En noviembre del próximo año, esa muestra itinerante saldrá por primera vez de Alicante y viajará hasta Irán, donde permanecerá hasta mayo de 2020. El segundo destino será en principio China, cuando vengan aquí los soldados de Xián.

El diputado de Cultura, César Augusto Asencio, afirma que la exposición itinerante será «un resumen de las culturas que han pasado por aquí, para explicar la historia del Mediterráneo».

Un reto para el museo

Para Cortés, afrontar el montaje de esta muestra es «uno de los retos que teníamos pendientes desde hace tiempo porque llevamos años con la idea de preparar una exposición con nuestra colección que pueda itinerar». En este sentido, destaca que «es una oportunidad que se nos abre y nos permitirá tener un recorrido mayor a partir de ahora, además de que va a suponer un ingreso extraordinario, no en el caso de Irán, pero en el resto de centros interesados sí».

Además, se va a contemplar la posibilidad de que la exposición se complemente con algún elemento «que no sea meramente arqueológico para contextualizar y facilitar la comprensión; hemos pensado que podía ser algo con el Mubag, pero aún no está decidido», apunta el director de la Fundación MARQ.

De momento, el museo alicantino, tras la visita de representantes culturales de Irán, espera la autorización del gobierno iraní, que se formalizará en enero, para que las cerca de 200 piezas puedan viajar a Alicante. Y al mismo tiempo, prepara las actividades complementarias. «Además de la exposición de nuestros fondos -asegura Asencio-, quieren que organicemos actividades como un ciclo de conferencias, algo que hacemos habitualmente, y también proyección de cine iraní, lo que intentaremos hacer en el Festival de Cine de Alicante porque coinciden las fechas». Da la casualidad además de que la Universidad de Alicante cuenta con un departamento sobre Irán, que tiene un seminario permanente, por lo que la relación con la Embajada de ese país en Madrid es «muy fluida».

Una vez que la muestra de Irán finalice el 1 de septiembre, el MARQ cerrará sus puertas para acometer la intervención prevista en las salas temporales, unos trabajos que previsiblemente estén finalizados en diciembre. De esta manera, hasta que la exposición de Xián llegue, se ha programado una muestra con fondos del Museo Arqueológico Regional de Madrid. Dicha exposición lleva por título Ídolos oculados. Miradas milenarias y se podrá ver en Alicante entre diciembre de 2019 y marzo de 2020.