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ENTREVISTA

Albert Boadella: "Soy guerrero para responder a los que me atacan"

Albert Boadella: "Soy guerrero para responder a los que me atacan"

¿Por qué vuelve Adiós, Cataluña

Es una posibilidad que antes era remota pero que cada vez parece más cercana. El libro era una premonición que cobra sentido ahora.

¿Cómo ha sido esa relación de amor y guerra que usted describe en su crónica?

El amor es el que profeso a la mujer con la que vivo desde hace 45 años. Es mi red y es esencial para mi felicidad. La guerra es un impulso natural en mí porque he sido siempre muy esmirriado y he tenido que ser guerrero para contestar a los que me atacaban.

¿Quiénes le atacan ahora?

Una tribu que trata de repetir en Cataluña un camino nefasto. Ante esos ataques tenía la posibilidad de irme a otro lugar o enfrentarme a ellos que es lo que hago.

¿En qué circunstancias llegan a esa guerra total que acaba con usted como presidente de Tabarnia en el exilio?

Desde el primer día que no me mostré de acuerdo con los postulados nacionalistas el enemigo me ha ido dando razones para mantenerme en mi sitio. Así surgió Tabarnia, como una sátira, en la que planteo que si existe el derecho a decidir, decidamos todos. Tarragona y Barcelona pueden entonces decidir separarse de esa Cataluña independentista.

¿Es que ha desaparecido su amor por Cataluña?

Ha desaparecido el apego. Lo de amar es otra cosa y hay que tener cuidado con los amores a las patrias.

Hábleme de la experiencia más amarga vivida por usted en esa difícil relación con una parte de los catalanes.

La más amarga fue cuando desapareció el público de mis obras en Cataluña porque empezó a considerarme un enemigo. Es trágico y menos mal que mi compañía tiene la mayor parte de su público fuera de Cataluña porque si no hubiese sido mi muerte profesional.

¿Qué le parece la política de apaciguamiento que trata de aplicar el presidente Pedro Sánchez con los líderes independentistas catalanes?

No hay diálogo posible con esos catalanes porque no se trata de una cuestión política sino de una secta a la que hay que desprogramar.

¿Cómo representaría usted en un escenario esa declaración de independencia que luego dicen que no era tal?

Con El retablo de las maravillas de Cervantes donde se toma el pelo a unos nobles con un retablo que no vale nada pero ellos por complejo lo ven lleno de riqueza.

¿Ha habido o no un golpe de Estado en Cataluña en octubre del año pasado?

Clarísimamente ha habido una rebelión contra el Estado.

¿En qué se parece la prisión de alguno de los líderes independentistas, otros están huidos, con el proceso militar que le llevó a usted a la cárcel poco después de la muerte de Franco?

En nada. Yo estuve en la cárcel por transgredir las leyes sobre libertad de expresión y ellos por haber conducido a los ciudadanos a una situación ilegal y de rebelión.

Usted huyó de la cárcel, Puigdemont lo hizo antes de que le echaran el guante. ¿Cuál es la diferencia?

Él se escapó con cobardía y yo los tuve bien puestos y asumí el riesgo de escaparme.

Por cierto. ¿Qué haría usted que fue militante antifranquista con el cadáver de Franco?

Se tendría que haber sacado del Valle de los Caídos cuando Felipe González llegó a la Moncloa. Ahora tendrían que dejarlo donde está porque eso también es memoria histórica.

¿Cómo prendió el movimiento independentista y por qué se expandió tan rápidamente?

Porque Jordi Pujol lo llevaba todo en la cabeza y construyó toda una estructura para llegar aquí. Es cierto que tenía una historia detrás que sustentaba sus aspiraciones pero no estaríamos donde estamos sin la complicidad del PP y del PSOE que han aceptado siempre los chantajes de los independentistas.

¿Cómo fue evolucionando la radicalización de Pujol que al principio de su presidencia defendía la idea de una España moderna y productiva?

Él siempre tuvo claro que quería la independencia. Al principio era más moderado por pura impostura. Es astuto y mostró dos caras: una en Cataluña y otra en Madrid. Madrid le creyó y le hizo hasta español del año.

Y así se acabó con el pactismo de Tarradellas que venía de un largo y mísero exilio.

Tarradellas estaba a favor de la concordia constante para dirimir los problemas que surgiesen. Pujol siempre se quiso mover en el conflicto pero supongo que no esperaba llegar tan pronto a este nivel de disputa al que se ha llegado por la precipitación de sus herederos.

¿Encarna bien el presidente Torra a través de sus polémicos escritos y declaraciones públicas el perfil del independentista catalán?

Perfectamente. El catalanismo nació con rasgos xenofóbicos para unirse en el odio contra todo lo español.

¿Cómo se puede intentar normalizar la convivencia en Cataluña?

Es un capítulo difícil de solucionar porque han entrado en él los sentimientos. Los niños que hoy tienen ocho años nos preguntarán en el futuro por qué les metimos en este follón.

¿Siente usted algún complejo por ser español o catalán?

Siento vergüenza de decir en algunos sitios que soy catalán.

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