Cuando Vicente Pina pensó en abrir una librería en el año 1999 en el casco antiguo de Orihuela, sus amigos le aconsejaron que se decantara mejor por una tienda de informática. Él no hizo caso y empezó el nuevo siglo subiendo la persiana de la librería Códex, de lo que aún no se ha arrepentido: «Siempre he soñado vivir rodeado de libros. Era un sueño que tenía desde la infancia, desde que era muy pequeño», apunta Vicente Pina, que ayer recibió de manos del conseller de Cultura, Vicente Marzà, el premio a la trayectoria por su labor al frente de Códex durante 18 años.

«Estoy muy agradecido y me hace mucha ilusión porque hace mucho tiempo que no se premia a una librería de la provincia de Alicante, y encima de Orihuela -la última fue hace 10 años, La Farándula de Novelda- y porque desde hace unos años a estos premios no te presentas, te eligen, y descolgué una mañana el teléfono y me lo comunicaron», explica el también presidente del Gremio de Libreros Independientes de las Comarcas de Alicante.

Pina, que no llegó a acabar la carrera de Geografía e Historia, decidió un día del siglo pasado dejar su trabajo en el campo de la confección -hacía adornos para trajes de novia y de comunión- y arriesgarse con el negocio de los libros.

«Los primeros dos años fueron muy, muy duros. Estuve a punto de cerrar y dejarlo todo porque hubo mucha sangre, sudor y lágrimas. Empezar cuesta muchísimo», recuerda el librero, que volvería a repetir la aventura y a comenzar «con dos mil o tres mil libros, no más, con muchas lejas vacías. Ahora tenemos alrededor de 35.000 volúmenes, en estanterías y en almacén».

Hace seis años que la librería se trasladó a un espacio mayor en la plaza San Sebastián de Orihuela y allí desarrollan numerosas actividades, como mínimos dos a la semana, desde presentaciones de libros a recitales poéticos, cuentacuentos, «hay un grupo de lectura de la Biblioteca Fernando Loaces, también el Foro Social se reúne allí y hace poco celebramos la fiesta del álbum ilustrado durante todo un fin de semana. Siempre quise que la librería no fuera solo nuestra, sino un espacio donde poder charlar de lo que sea», añade.

Vicente Pina apunta que en estos 18 años en Orihuela se han abierto más librerías pero «la gente sigue leyendo igual, poco, por eso hacemos tantas cosas para captar a las nuevas generaciones», indica, ya que a su juicio el mayor problema hoy de la baja lectura es «el tiempo que le dedicamos, que cada vez es menor porque se lo damos a las nuevas tecnologías y a las nuevas formas de ocio. Hace poco dijeron que en los últimos años en Alemania se han perdido 6 millones de lectores ¡Seis millones! ¿Tú sabes lo que es eso? Y leer requiere un tiempo más íntimo, una continuidad en el hilo un día sobre otro. Para mí eso es algo maravilloso, pero hoy es más difícil».

El librero, que siempre ha leído de forma compulsiva «de todo, desde cómic a novela de terror o ensayo» apunta que desde el inicio ha tenido que «hablar con todo el mundo para aprender» a ser librero, dejar sus preferencias lectoras -Kafka, Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Sándor Márai...- y «ver qué le puede gustar a un cliente para hacerle sugerencias, saber qué es lo último que han leído. Cuando ya los conoces, directamente reservas un libro para alguien en concreto porque sabes que le va a gustar». Pina, que ayer habló en nombre de los premiados, recordó, que, como el nombre de su librería, «la lectura existe desde hace miles de años y no desaparecerá nunca».