Resulta extraño que un periódico mire al pasado, que se detenga en la historia; no es frecuente que el periodista, el periodismo, sea la noticia. Pero esta semana lo fue. Lo fue porque Prensa Ibérica ha alcanzado su cuarenta aniversario y lo celebró en València, con Levante-EMV. Esta celebración también se llevó a cabo la pasada semana en Alicante. Lo que pasa es que cuando un periódico, o un grupo editorial, mira al pasado tiene las manos -con las que escribe- y el rabillo del ojo siempre en el presente (la más rabiosa actualidad, la última hora) y la cabeza, en el futuro. Por eso, un aniversario, y mirar atrás, sirve para darse cuenta de cómo un periódico de tanto ser testigo de primera fila, de estar ahí, de verlo todo, contarlo todo, termina siendo parte de la historia.

O, dicho con palabras mucho más certeras, las del presidente de Prensa Ibérica, Javier Moll, «el diario local echa raíces, se involucra y pasa a formar parte del patrimonio intelectual y cultural del pueblo al que informa». Uno de los momentos más emotivos de la noche del miércoles tuvo lugar cuando Javier Moll quiso agradecer a Jesús Prado que, como dijo, lo ha sido casi todo en Prensa Ibérica, Levante-EMV e INFORMACIÓN y la pantalla mostró su cara sorprendida y emocionada. El propio Moll tuvo que recomponerse para continuar y, al acabar, ambos se fundieron en un abrazo.

Cuando, en 1984, Prensa Ibérica -un, entonces, incipiente (hoy consolidado) grupo editorial- adquirió en pública subasta Levante, una multiplataforma líder en la Comunidad Valenciana, el director era Jesús Prado. Por eso el presidente Javier Moll quiso dedicar unas palabras al hoy consejero, el hombre que modernizó y transformó el diario, conduciéndolo de la oscuridad de los medios del Estado a la nueva prensa democrática. «Él, que lo ha sido casi todo en nuestra empresa, ha desempeñado un papel clave en la expansión y consolidación de Prensa Ibérica en el arco mediterráneo», apuntó el editor. Lo dijo al hablar de los profesionales que durante cuarenta años han construido este grupo. Profesionales de la prensa regional y local, el periodismo de proximidad que Prensa Ibérica abandera -y lidera en España- y del que Moll hizo una encendida defensa».

Javier Moll destacó la importancia estratégica de la Comunidad Valenciana dentro de Prensa Ibérica («en ningún otro lugar de España reúne un despliegue tan amplio de periódicos impresos, diarios digitales, radio y televisión») y de éstos para los valencianos («prácticamente la mitad de los lectores de la Comunidad Valenciana se informa a través de los diarios Levante de València y Castelló, e INFORMACIÓN de Alicante»). Al echar la vista atrás, a esas cuatro décadas desde que Prensa Ibérica echase a caminar, el presidente tuvo también palabras de agradecimiento para su esposa, y compañera de proyecto, la vicepresidenta Arantza Sarasola. Algunas claves que han traído a Prensa Ibérica hasta aquí: la «pasión por el periodismo... de verdad, ese que trabaja sobre el terreno y que conoce a las fuentes de primera mano».

El periodista Ximo Puig, presidente de la Generalitat desde 2015, destacó los orígenes del grupo en un tiempo que, como el de ahora, también era de crisis. No obstante, era «otra crisis», porque «no existía internet, las televisiones privadas, ni el teléfono móvil». Puig subrayó la singularidad del grupo porque «nació y creció siempre a distancia del centralismo mediático».