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Celia Montoya: «En un casting me dijeron que ensuciara mi acento porque no parecía gitana»

Celia Montoya: «En un casting me dijeron que ensuciara mi acento porque no parecía gitana» actriz y activista

Gitana y actriz. ¿Le costó mucho cumplir su sueño?

Sí. Vengo de una familia madrileña de rancio abolengo, como se suele decir. Así que a los 18 años me tuve que ir de casa porque no querían que fuera actriz. Pero fue más por el hecho de ser mujer. Mis hermanos habían estudiado carrera y conmigo consideraban que con la enseñanza básica era suficiente. Pero con el tiempo mis padres han evolucionado y a mi hermana, que es nueve años menor, le han pagado la universidad.

¿Pesa mucho el estereotipo de los gitanos a la hora de que le ofrezcan un papel?

Sí, muchas veces te ofrecen papeles marginales o te dicen que ensucies el acento. Es lo que me pasó a mí en un casting, que me dijeron que más que una gitana parecía una profesora de Valladolid. Por supuesto no lo acepté. El estereotipo de los gitanos está anclado en la epigenética.

¿Son muchos los actores y actrices gitanos?

Sí, y de muchos países como Alemania, Turquía, Viena.... hay compañías muy interesadas en llevar al cine la historia del pueblo gitano. Porque realmente llevamos 600 años en España y no se sabe nada de nuestra historia, pese a que somos parte de España. En el mundo del arte los gitanos no sólo somos flamenco, que también. Hay gitanos poetas, escritores o filósofos.

Con motivo del Día contra la Violencia de Género esta semana ha participado en los actos de la Fundación Secretariado Gitano leyendo un monólogo. ¿Qué ha querido transmitir?

El monólogo fue escrito por mi dramaturgo, Adrià Freijo y en él se habla de los micromachismos que hay en las cosas más cotidianas: cuando el camarero trae la cuenta y por sistema se la da al hombre, los cuentos clásicos, la industria que nos hace sentir frágiles...

¿Hay más machismo entre la comunidad gitana?

El patriarcado no es ni una raza ni una etnia. Depende de tus circunstancias, de tu familia, del lugar en el que vivas... pero por el hecho de ser gitano no se es más o menos machista.

¿En qué consiste su labor como activista?

Pertenezco a la directiva de Ververipen-Rroms por la diversidad y tenemos campañas muy activas. Fuimos por ejemplo la primera entidad LGTBI gitana, muy preocupada por la doble discriminación que pueden sufrir estas personas,por la sociedad y por su propio entorno. Siempre insistimos en que se puede hacer activismo en tu vida cotidiana, en tu trabajo, cuando escuchas frases del tipo «pero si no pareces gitana».

¿Qué contesta usted cuando oye esa frase?

Les contesto: «porque no soy tu gitana. No soy esa idea de gitana que tienes en tu cabeza».

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