2018 es vuestro año. Sacáis el primer disco, arrasáis en los Premis Ovidi y ahora en el estreno de los Premios de la Música del IVC. ¿Qué más podéis ganar en lo que queda de año?

Está complicado (risas). Es mucho más de lo que esperábamos, parece una frase hecha, pero es cierto. Nos pasamos mucho tiempo haciendo el disco, más de dos años, y lo que queríamos era acabarlo. A ver, los premios son un reconocimiento muy grande y muy importante que te da a conocer, pero vamos, nos quedamos también con otros premios de la vida cotidiana que a veces son más importantes.

Esto conllevará más conciertos, pero también más responsabilidad.

Pues la verdad es que no tenemos todavía en mente una forma nueva de actuar. Para nosotros es un viaje que emprendimos hace dos años; empezamos en un punto de partida en el que ya no estamos porque hemos aprendido mucho de folclore. El peso de estos premios lo notaremos cuando hagamos otro disco.

¿Qué tiene Els Jóvens que no tengan otros grupos de la Comunitat?

En la Comunitat están saliendo grupos de muchos estilos, se está viendo un emerger de la música que, por un lado, hacía falta y, por otro, creo que es consecuencia de mucho tiempo de silencio y de ostracismos. Nosotros ofrecemos algo que tiene que ver con ampliar los registros de la música tradicional. Lo que han hecho desde Camarón con el flamenco y el rock hasta Nacho Vegas con la canción asturiana.

Vuestras letras son en valenciano. ¿Es algo natural o forma parte de una reivindicación de identidad?

Nos parecía natural. René y yo hacemos canciones desde hace mucho tiempo, pero las cantaba yo solo con la guitarra. Siempre tuvimos como una pequeña obsesión por que las historias que contamos tuvieran una denominación de origen muy clara, que es Alicante. Eso fue derivando a intentar hablar de algo local pero llegando a la raíz y eso me llevo a cantar en valenciano.

¿Cantar en valenciano os puede cerrar puertas en el resto de España?

Hombre, vemos la realidad que hay y el anticatalanismo y el centralismo lingüístico que hay en el resto de España. Reciben mucho mejor a alguien que cante en francés o inglés que a alguien que cante en catalán. Pero también percibimos que estamos encontrando reacciones de gente de la Mancha e incluso de Latinoamérica que les gusta mucho lo que hacemos. La música tradicional valenciana tiene muchos nexos con otras de la península, como la jota o la seguiriya. ¿Hay prejuicios contra el valenciano? Pues sí, soy de Alicante y lo sé, pero no queremos aferrarnos a eso. Si creas con miedo el resultado es pobre.

La aventura la comenzaste tú desde tu San Vicente natal, luego llegó René Macone, también sanvicentero, y después los seis miembros restantes, que son de Alcoy, Picassent, Manises y Meliana. ¿Cómo afrontaste pasar de actuar en solitario a crear una banda?

El hecho de formar la banda viene un poco como cantar en valenciano. En el homenaje a nuestra tierra, igual que salió natural cantar en valenciano, íbamos buscando sonoridades a la música que estábamos haciendo. Sin querer en realidad estábamos haciendo una rondalla. Para mí fue bastante diferente pasar de cantar y tocar solo a estar con más gente. Es una manera de actuar muy distinta, pero la verdad es que le estoy cogiendo el gustillo. Aunque de vez en cuando me sale algún bolito y salgo con mi guitarra.

Cada uno de vosotros tiene una ocupación distinta. ¿Os planteáis vivir algún día de la música?

Es muy complicado. Cuando empecé a moverme con la música me di cuenta que era muy difícil. Es una bofetada de realidad. Tenemos miembros del grupo que viven de la música porque son técnicos de sonido o profesores de instrumentos. Somos un equipo multidisciplinar. René es publicista y yo soy educador social y vivo en Barcelona. Me pego unas palizas de coche que no te puedes imaginar.

Folk-pop, pop-folk, rondalla-pop... ¿Cómo os pusisteis de acuerdo para que el grupo tuviera esta línea?

Todo eso lo ha dicho gente que ha escrito sobre nosotros y nos ha gustado. Pero la verdad es que cuando lo estábamos haciendo no sabíamos qué era. Llegó un punto en el que ya nos sabíamos qué formato era. Explicar el proyecto sin escucharlo era muy difícil. Pero no solemos etiquetarnos mucho porque es bastante complicado.

La Comunitat Valenciana tiene mucha tradición musical. ¿Cómo habéis recibido que se crearan estos galardones por parte de la Generalitat y cuál es el panorama que os habéis encontrado?

Es muy chulo porque coincidimos muchos grupos. Los premios están bien, pero no nos gusta mucho la competición en el mundo de la música. Sí que nos gusta que haya espacios en la televisión y radio públicas dedicados a la música y que retransmitan las galas en las que se promueve la cultura valenciana.

Estos premios, igual que vuestras letras, demuestran que el sur también existe...

Sí, sí. Nosotros siempre hacemos la reivindicación, no tanto a nivel de reproche porque no sé si la culpa la tiene el centralismo valenciano, pero se ha juntado que durante mucho tiempo no se ha prestado atención a las comarcas del sur y que Alicante es una ciudad dificilita a nivel de proyectos artísticos. Muchos grupos de Alicante han tenido que irse. No hay un fluido cultural. Se tiene que trabajar mucho todavía. Haciendo autocrítica, la culpa la tenemos nosotros que no hemos valorado a la gente que trabajaba aquí.

Si seguís mucho tiempo en la música, tendréis que cambiar el nombre de Els Jóvens por Els Majors.

Uy, ya no somos tan jóvenes. El nombre era un poco una coña. Es una manera de hacer algo joven de algo viejo y eso es lo que queríamos hacer en música. Viene al pelo para tener 70 años y decir Els Jóvens. Eso sería espectacular. Lo ultimo que haríamos sería cambiarnos el nombre.