El fortalecimiento del binomio entre ciencia y empresa, el apoyo social y político a la investigación y la necesidad de contar con los jóvenes investigadores fueron algunos de los retos que se destacaron ayer durante la entrega de los Premios Rey Jaime I, que este año cumplen treinta años. En un acto celebrado en la Lonja de València, presidido por Felipe VI y con numerosas autoridades políticas y representantes del mundo empresarial y la sociedad civil, tanto los premiados como el rey y las instituciones subrayaron que invertir en investigación favorece el bienestar social.

Dotados con 100.000 euros, los premios de 2018, elegidos por un jurado formado por dieciocho premios Nobel, son María Vallet (Investigación Básica); Xavier Freixas (Economía); Dolores Corella (Investigación Médica); Íñigo Losada (Protección del Medio Ambiente); Ramón Martínez-Mañez (Nuevas Tecnologías) y Enrique Silla (Emprendedor).

El jefe del Estado señaló que el impulso a la actividad investigador y al mayor grado de bienestar de los países «es algo evidente que demanda y exige el máximo apoyo social y político». «No cabe duda de que nuestro progreso general está íntimamente vinculado a nuestro desarrollo científico y al apoyo prestado por el sector privado productivo», señaló el rey para añadir que es «un binomio fundamental para el avance de la sociedad». Señaló que los premiados deben ser «referentes para nuestra juventud sobre la forma de conseguir realizar un proyecto personal con éxito. Hoy más que nunca, son precisas en España más vocaciones científicas y empresariales».

«Todos son ejemplo de cómo desarrollar una trayectoria profesional con origen en España y destino todo el mundo», dijo don Felipe, quien valoró que los premiados hayan sido seleccionados «bajo los parámetros más rigurosos y exigentes» y sean reconocidos por «los valores del talento, el esfuerzo y la ética en su desarrollo profesional».

En nombre de los premiados, María Vallet (Investigación Básica) advirtió que la ciencia, la tecnología y la innovación son «continuidad y riesgo sostenido» y ven sus frutos «en el largo plazo», y destacó que los jóvenes investigadores y emprendedores «son el futuro». Vallet defendió que la empresa «hace posible que el nuevo conocimiento se convierta en bienestar futuro para la sociedad. Los dos son necesarios y complementan sus objetivos», y abogó por una investigación «de calidad dirigida a resolver problemas de la sociedad».

El president de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró que la ciencia es la «más explícita expresión de la voluntad inequívoca de la humanidad para avanzar» y sentenció que su avance en el siglo XXI «dependerá del avance de las mujeres científicas».

Puig advirtió que en las últimas décadas la inversión en I+D+i «se ha estancado», por lo que considera «urgente e imprescindible alejarse del cortoplacismo y unir en un gran acuerdo a todos los agentes involucrados para que la I+D+i tenga suficiencia y estabilidad financiera». No obstante, añadióque esos recursos «hay que gestionarlos bien, de forma eficiente y eso hoy en día pasa por mejorar la corresponsabilidad entre el sector público y la iniciativa privada».

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, sostuvo que la ciudad se ha reinventado para ser «más atractiva para innovar, emprender y para investigar»y es un lugar donde «se apoya el trabajo apasionado de los hombres y mujeres de ciencia».

El presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados y de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), el naviero Vicente Boluda, pidió a los empresarios que se «comprometan con hechos» en apoyar la ciencia, la investigación y el emprendimiento».