Con un título en la cabeza, La valentía, y un libro de José Antonio Marina bajo el brazo (Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía), Alfredo Sanzol se reunió un día con seis actores y actrices. Tenía ya fecha de estreno para su obra, pero del texto no había escrito aún ni una palabra. La obra, por supuesto, se escribió tras las conversaciones con los actores y se estrenó en la fecha prevista. Con ese riesgo y con el plazo pisándole los talones trabaja siempre Alfredo Sanzol, uno de los grandes autores y directores de la escena española actual, que ayer recibió el homenaje de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos en el Ayuntamiento de Alicante, y que él quiso agradecer «a todos los equipos artísticos que han trabajado conmigo por la complicidad esencial que necesitamos los autores para desarrollar un trabajo basado en la confianza».

Sanzol, que no ha dejado de recibir premios en los últimos años -Premio Nacional de Literatura Dramática 2017 con La respiración, Premio Valle Inclán de Teatro 2018 y, recientemente, Premio José Estruch por La ternura, además de poseer 4 premios MAX- reconoció lo arriesgado de su escritura teatral: «Estoy acostumbrado a sufrir, llevo veinte años en la profesión y sufriré más el día que no tenga un plazo. Necesito compromisos con los demás y conmigo mismo», avanzó antes de presentar anoche su obra La valentía en el Teatro Principal de Alicante, una coproducción de La Zona y Pavón Teatro Kamikaze, y ejemplo de las producciones «de riesgo y de apuesta por el presente, totalmente conectado con la sociedad del momento» a las que Sanzol está habituado.

La directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem), Amaya de Miguel, le describió ayer durante el homenaje celebrado en el Ayuntamiento como «uno de los mejores dramaturgos» actuales «que hace siempre lo que le da la gana» y cuyas obras siempre son «un salto al vacío». Autor imprevisible y valiente, añadió, «a Sanzol le gusta la gente corriente, con sus grandezas y miserias», que bajo una «muy elaborada construcción dramática» hace que los actores disfruten tanto como los espectadores, a quienes hace «reír y reflexionar de forma sutil sobre la condición humana».

Sanzol, que agradeció las palabras de Amaya de Miguel, reprodujo la conversación escuchada en el AVE entre tres mujeres mayores para mostrar a la perfección cómo su literatura se nutre de la gente corriente para llegara a caminos más profundos y públicos

«Mi literatura intenta conocer mejor la realidad y a nosotros mismos, que somos el gran misterio, y la ficción me ha ayudado siempre a entenderlo», dijo el autor madrileño, que en el encuentro con los medios de comunicación reivindicó la comedia en la escritura teatral para llegar a hablar «de conflictos importantes» y de manera empática con los personajes. «No soy sarcástico, ni destructor con el humor, sino que intento llegar a mis puntos débiles y frágiles, a mi pena y mi dolor, y eso hace que empiece a escribir de forma humorística», explicó en su idea de explorar de lo privvado a lo público, como ha hecho en La valentía, donde un conflicto familiar por una herencia acaba reflexionando sobre el precio que hay que pagar por el progreso.

«Me gusta hablar de lo privado, de lo familiar, para rascar hasta llegar a la dimensión política y pública de los temas» apuntó, para concluir que en este proceso su teatro es como un casco de espeleólogo donde «el humor sirve para protegerme y su bombilla ilumina lo desconocido» ya que escribir forma parte de su actividad escénica, de «meses en soledad» sin olvidar «a quienes esperan» sus obras.

La concejal de Cultura de Alicante, María Dolores Padilla, dio las gracias a Sanzol «por permitirnos disfrutar de tus trabajos en la Muestra de Autores», al igual que el diputado provincial César Augusto Asencio y el representante de la SGAE, Álvaro Oltra, que auguró una «larga vida a la Muestra de Alicante».