No hay premios, ni menciones, ni siquiera los trabajos se proyectan en una sala de cine, pero la Muestra de Cine Social Luminiscence que organizan desde el año 2013 el realizador alicantino Vizen G. Hernández y su compañera María José Fenoll no tiene nada que envidiar a otros festivales de relumbrón que se ponen en marcha con financiación y subvenciones. En apenas cinco años, esta modesta iniciativa que se inició en Alcoy, y que en los últimos años se celebra en Alicante, ha pasado de recibir 160 cortometrajes a 465 en su última edición, la sexta, con títulos procedentes de todo el mundo.

«Los primeros que se inscribieron fueron de China y Corea del Sur, también de Japón y de Emiratos Árabes Unidos, aunque luego no fueron seleccionados. El grueso lo forman trabajos españoles pero esta edición también proyectaremos de Chile, Irán, Francia, Indonesia o Alemania», apunta Hernández, que ha visto los 465 trabajos, muchos de ellos más de una vez, lo que se traduce en 5.400 minutos de metraje y 90 horas, en poco más de tres meses.

Tras la primera preselección de 150 proyectos, los 30 seleccionados se proyectarán el próximo 10 de noviembre en el Centro Imaginalia de Alicante. Dos horas para disfrutar de 20 cortometrajes y 10 micrometrajes, con entrada libre, a las 19.30 horas.

Vizen G. Hernández apunta que la muestra nace y se mantiene «por cabezonería, por la inquietud que yo como realizador tengo por lo social y ver que no hay donde proyectar trabajos de esta temática». Ahora, añade, el cine social «está en auge, tiene un recorrido, y cada vez hay más realizadores comprometidos que ven en el cine con mensaje social una forma de expresión. Si no, no me explico que cortos tan buenos estén en muestras tan pequeñitas como esta».

Los responsables de la muestra no hacen distinciones entre «trabajos profesionales, amateurs y cine de guerrilla» y entre ellos hay títulos dirigidos por autores premiados y óperas primas, y entre sus protagonistas hay desde niños a rostros conocidos como Javier Gutiérrez o Adriana Ozores. «Solo nos fijamos en que tenga un mensaje, que puede darse a veces en un corto de un minuto con un plano fijo que te da una patada en el estómago, y otros que lo hacen en 20 minutos, la máxima duración».

Entre la temática «hay de todo» pero si bien al inicio de la muestra había un predominio «del cine que hablaba de la gente mayor, de la soledad, este año se ha inundado de películas sobre violencia de género y aunque no hay casi directoras, sí que la mayoría de cortos los protagonizan mujeres», indican.

Desigualdad social, desahucios, explotación infantil, guerras y conflictos, acoso escolar, relaciones familiares, temas de identidad o de superación personal están presentes en el fondo de los trabajos y, aunque «hay grandes dramas, muchos», también están presentes historias con una gran dosis de humor e ironía «porque hay que dar un respiro a los espectadores y también se cuentan historias bonitas».

La Muestra de Cine Social Luminiscence no termina el día 10, sino que prosigue con proyecciones en otros centros educativos y sociales de Alcoy, Alicante o San Vicente. En esta actividad también se incluyen cinco trabajos documentales que no se exhiben en la muestra y que dan pie a debates y charlas con los alumnos. «Este cine se queda dentro de ellos, los jóvenes lo asimilan muy bien, incluso con temas complicados», asegura Vizen G. Hernández.