Alicante quiere impulsar la lectura de Juan Gil-Albert, uno de los poetas y prosistas más exquisitos que ha dado la provincia, protagonista del Congreso Internacional que se celebrará del 3 al 6 de abril de 2019 con motivo del 25 aniversario de su fallecimiento. Bajo el título Vibraciones de Juan Gil-Albert: la fascinación de la constancia, el congreso ahondará en la figura y obra de este intelectual testigo de la cultura hispánica del siglo pasado, nacido en Alcoy en 1904 y fallecido en Valencia en 1994, exiliado en México y Argentina, que nunca ocultó su homosexualidad y que vivió a su regreso un exilio interior lejos de las corrientes dominantes.

«Queremos reactivar a Juan Gil-Albert, a su literatura, y reconectarlo con los lectores. En los últimos años han decaído sus publicaciones y creemos que su literatura fue muy avanzada estéticamente a su tiempo y aún tiene una vigencia e incluso una necesidad», explicó ayer el director del instituto que lleva su nombre, José Ferrándiz Lozano, codirector académico del encuentro con José Carlos Rovira, tras añadir que «además de que hoy puede ser leído perfectamente, Gil-Albert fue con su pensamiento un gran exponente de la tolerancia, algo que es un valor esencial para ser un autor necesario, aunque no haya sido tan conocido como otros».

El congreso estará presidido por el poeta valenciano Francisco Brines, miembro de la Real Academia Española, y será inaugurado por el poeta y crítico Luis Antonio de Villena, autor del libro de conversaciones El razonamiento inagotable de Juan Gil-Albert, con la conferencia Gil-Albert, escritor exquisito y total.

El encuentro, organizado por el Instituto Gil-Albert en colaboración con la Universidad de Alicante, a través del Centro de Estudios Iberoamericano Mario Benedetti, y del Ayuntamiento de Alcoy, contará con un total de 17 ponentes estudiosos de su obra pero también está abierto a aquellos investigadores que quieran presentar sus comunicaciones, que deberán enviar antes del 9 de enero.

Entre los ponentes se conjugarán tres generaciones de estudiosos y creadores literarios: aquellos que en los años 70 y 80 aportaron estudios sobre el alcoyano como Guillermo Carnero, Jaime Siles Luis Antonio de Villena o José Carlos Rovira; el núcleo de escritores valencianos como Ricard Bellveser o Pedro J. de la Peña o Manuel Aznar, que intervino en la recuperación poética de Gil-Albert; y la segunda generación de autores que se sumaron tras el fallecimiento del poeta, como Mari Paz Moreno, Juan Cano Ballesta, Annick Allaigre-Dunny, Ángel Luis Prieto de Paula, Claudia Simón, sobrina del alcoyano, o los últimos especialistas que más publican sobre su obra en la actualidad, Pedro Cueto y Manuel Valero.

El codirector académico y amigo personal de Gil-Albert José Carlos Rovira señaló que el planteamiento del congreso será «cronológico» pero aclaró que las etapas están conectadas con cuestiones complementarias, «desde sus inicios sorprendentes a la Guerra Civil, un tiempo de compromiso muy fuerte del escritor, pasando por el Congreso de Intelectuales Antifascistas en el 37 en Valencia y el poemario Poetas en la España Leal que abría Machado y cierra él; el tiempo del exilio donde Gil-Albert se forma conociendo otras culturas y la vuelta en 1947 con un exilio interior hasta los años 70 cuando aparecen Fuentes de la constancia y Crónica general, un libro deslumbrante, con Brines y Gil de Biedma como figuras fundamentales de su recuperación».

Rovira recordó que el homoerotismo , la homosexualidad, fue una de las claves de su audacia, «que blandió como afirmación personal toda su vida sin sufrimiento», así como su idea de ser «un español que razona», fruto de su formación lectora y de la cultura francesa que respiró. Alguien definió a Gil-Albert como el memorialista español por su afán en la reconstrucción de la memoria y los recuerdos personales, imprescindibles en su obra, cuando no estéticamente no estaba de moda, recordaron los directores.

Para el diputado de Cultura César Augusto Asencio, Gil-Albert es «una bandera literaria de primer orden en nuestra provincia y uno de los principales escritores del siglo XX», mientras que el vicerrector de Cultura de la UA, Carles Cortés, alcoyano como él, apuntó que el escritor fue doctor Honoris Causa por la UA en 1975 y destacó que su figura continúa «más viva que nunca».

El congreso se completará con diversas actividades que comienzan el 9 de enero con Juan Manuel Bonet, que analizará en el ciclo Descubre una obra el retrato que Enrique Climent le pintó en 1940.