Emilio Varela está de moda, aseguraba ayer Kristian Leahy, director de arte contemporáneo de la sala Fernando Durán de Madrid, donde el pasado jueves salieron a subasta trece obras de diferentes artistas alicantinos. De ellas, cinco pertenecían a colecciones particulares y salieron a puja por un precio de 1.500 y 1.800 euros.

El cuadro que más interés despertó fue Vista de Alicante, que recoge los tejados de la calle Gravina con el Monte Benacantil y el Castillo de Santa Bárbara al fondo. Esta obra de Varela tenía un precio de salida de 1.500 euros y alcanzó finalmente los 4.250. El resto eran paisajes y se adjudicaron por 3.250, 2.500, 2.250 y 2.750 euros.

«No salen muchas cosas de Varela pero cuando salen se vende», destacó el experto de la casa de subastas. «Está muy de moda y se lo merece, es un pintor muy bueno que hay que valorar y dar visibilidad». De hecho, «aunque nunca habíamos tenido varelas, hemos sacado obras suyas en dos subastas ya y para Navidad tendremos otros dos para subastar».

De las tres piezas de Eusebio Sempere que se ofrecían, dos fueron retiradas por los propietarios antes de la puja, y otra, Paisaje, un gouache sobre papel, fue adjudicado por 4.500 euros que era su precios de salida.

Un óleo de Xavier Soler, un paisaje de Benimantell muy colorido y original salió a subasta por 3.000 euros y así se adjudicó a su comprador. Dos eran los cuadros de Adelardo Parrilla que se pusieron en venta, aunque solo uno de ellos despertó el interés de los compradores, y se adquirió por el precio inicial de 300 euros. Sin embargo, las tres piezas de Juana Francés quedaron sin vender.

En la subasta celebrada el jueves, una obra del valenciano Juan Genovés batió su propio récord al partir de 65.000 euros y alcanzar los 160.000. Pero quien se llevó la palma fue una pieza de Zóbel que salió a puja por 40.000 euros y alcanzó nada menos que los 200.000 euros finalmente.