El tanatorio de Les Corts de Barcelona se convirtió ayer en el punto de reunión de nombres relevantes de la ópera y de las artes escénicas para despedir a Montserrat Caballé, fallecida el sábado a los 85 años. El tenor Jaume Aragall, la soprano Ainoha Arteta, el exdirector del Teatre Lliure, Lluís Pasqual, o el director artístico del Teatro Real y exresponsable del Liceu, Joan Matabosch pasaron por este espacio para dar el pésame a la familia.

«Muchísimas gracias por todo el cariño de tantos años», afirmó Montserrat Martí, hija de la cantante, que salió un momento de la capilla ardiente para hacer unas declaraciones junto a su prima Montse Caballé, que asistió a la artista profesionalmente dos décadas. «Gracias por las muestras de la gente que quería a mi madre y dice que mi madre les ha hecho muy feliz y que les seguirá haciendo feliz en su recuerdo».

También el ministro de Cultura, José Guirao, que anunció que su departamento prepara un doble homenaje a la internacional soprano que se celebrará en el Liceu de Barcelona y en el Teatro Real o el de la Zarzuela de Madrid. Guirao, ha sido de los primeros en aparecer, para transmitir su pésame a la familia. «Queremos hacer un homenaje a la altura de lo que ella ha sido», afirmó el ministro.

Tras destacar la relevancia de la figura de Caballé, Guirao señaló que «ha sido emocionante ver en estas últimas horas como los grandes teatros de todo el mundo y los medios internacionales la han recordado».

Más tarde, tanto el presidente del Patronato del Liceu, Salvador Alemany, como el que fue muchos años su director artístico, Joan Matabosch, destacaron la importancia de organizar un gran homenaje. «Ningún homenaje será suficiente para una persona que ha dado tanto al mundo de la ópera», subrayó Matabosch.

La familia de Montserrat Caballé, que agradeció las muestras de cariño recibidas tras el deceso de la cantante, está preparando para las próximas semanas un funeral abierto en su recuerdo en una iglesia barcelonesa. Así lo anunció en el tanatorio su sobrina Montserrat, quien indicó que la soprano pidió expresamente no ser expuesta y que «quería irse tal como vino, como una persona humilde, normal, como todos los de a pie».

Después del funeral, que se oficiará hoy al mediodía en el mismo tanatorio, al que tiene previsto asistir el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Quim Torra, la soprano será enterrada junto a sus padres en el cementerio de Sant Andreu de Barcelona.

Desde que la capilla ardiente ha abierto sus puertas, familia, amigos y admiradores de la cantante acudieron a darle el último adiós y dejaron por escrito un recuerdo en los dos libros habilitados en la entrada al tanatorio.

Además de los mencionados, por el tanatorio pasaron el líder de Ciudadanos, Albert Rivera; el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol; el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias; la soprano Pretty Yende; el padre Ángel; la cantante Marina Rosell, y el presidente del Consell de la Cultura i de les Arts (CoNCA), Carles Duarte, entre otros. Tamibén los máximos responsables actuales del Gran Teatre del Liceu como Salvador Alemany, Christina Scheppelmann y Valentí Oviedo.

Depositaron flores, los consulados de Armenia y Bielorrusia, donde Caballé tenía muchos admiradores, entidades deportivas como el Barça y el Espanyol, así como personas anónimas, algunas de las cuales llegaron al tanatorio antes de las doce del mediodía para despedir a la diva.

En el Liceu, al inicio de la representación de I Puritani de Bellini, que abre la temporada del coliseo operístico, se emitió una grabación de Caballé cantando el aria Casta Diva, y el público se puso en pie para ovacionarla.

Cientos de personas acudieron ayer al teatro para firmar en los libros de condolencias dispuestos para el público.