El Nobel de Química reconoció ayer a los estadounidenses Frances H. Arnold y George Smith y el británico Gregory P. Winter por los avances en el desarrollo de proteínas a partir del aprovechamiento del poder de la evolución.

Su trabajo ha revolucionado la química y el desarrollo de nuevos medicamentos y sus métodos han posibilitado una industria más limpia, producir nuevos materiales y biocombustibles, mitigar enfermedades y salvar vidas, destacó en su fallo la Academia de las Ciencias Sueca. El presidente del comité, Claes Gustaffson, indicó que «el premio supone una revolución basada en la evolución». Los premiados «han aplicado los principios de Darwin en los tubos de ensayo y usado este enfoque para desarrollar nuevos tipos de químicos para el beneficio de la Humanidad». La Academia distingue a Arnold por impulsar la primera evolución dirigida de enzimas, mientras que los otros dos galardonados por el desarrollo y aplicación del método phage display , una técnica de detección de interacción entre moléculas biológicas que permite lograr nuevas proteínas cuando un virus infecta a una bacteria.