El alicantino Carlos Seguí no había nacido cuando West Side Story se estrenó en Broadway en 1957, ni tampoco cuando se llevó al cine unos años más tarde, pero este actor de Pego de 51 años recuerda que se quedó sin palabras pegado al televisor la primera vez que vio esta historia musical de amores imposibles y de bandas enfrentadas de puertorriqueños y americanos.

«Es de las primeras películas musicales que recuerdo haber visto y me quedé con la boca abierta. Ese prólogo maravilloso por las calles de Nueva York, las bandas de los Sharks y los Jets, esa historia de Romeo y Julieta moderna, que despertó mi lado romántico... Era todo fascinante», señala Seguí, tras la presentación ayer en Madrid a los medios de comunicación del nuevo musical levantado por Som Produce (productores también del exitoso Billy Elliot) que se estrena hoy en el Teatro Calderón.

El alicantino -que estudió Arte Dramático en Murcia y lleva 18 años viviendo en Madrid, desde que el entonces director del Centro Dramático Nacional, Juan Carlos Pérez De la Fuente, le requiriera para un montaje- ha trabajado tanto en teatro «de texto» (con clásicos como Don Juan Tenorio o Luces de Bohemia) como en musicales (Mamma Mia!, Siete novias para siete hermanos, Cuando Harry encontró a Sally" entre otros) y alterna su actividad también con la publicidad y la televisión. Pero reconoce que West Side Story no era un musical más: «Me hacía mucha, mucha ilusión trabajar en este. Todo es una maravilla: la música es una belleza, con esa banda de 20 músicos en directo, las coreografías originales de Jerome Robbins son maravillosas. Es un lujazo estar aquí trabajando todos los días. Merece mucho la pena y no me puedo quejar».

Carlos Seguí es uno de los cerca de 3.000 candidatos que se presentaron a las audiciones de West Side Story y en la obra interpreta al sargento Krupke, «siempre patrullando por las calles intentando poner paz entre las dos bandas, pegado a los chicos para que no la líen» y solo lamenta no ser más joven para haber podido optar a los papeles de los integrantes de los Sharks o los Jets.

«Cuando vi que había audiciones pensé que vaya rabia, porque ya me pilla mayor para esos papeles, pero de repente vi que también buscaban a gente mayor, así que me presenté y salió», declara satisfecho el actor, que también cubre el papel de Doc, el dueño del bar, cuando es necesario y señala que «bailar, no bailo, pero sí canto; hacemos refuerzos vocales entre cajas» y «alguna cosa se aprende de verles bailar».

A Carlos Seguí le gustaría que West Side Story se viera en Alicante, aunque de momento se queda en Madrid durante al menos un año. La productora sí prevé hacer gira después por otras ciudades y el Teatro Principal de Alicante está en la lista, pero al menos hasta 2020 no viajará.

Esta es la primera vez que West Side Story se representa en España en la versión original íntegra con la que debutó en Broadway «hace 61 años y 6 días», indicó ayer Juanjo Rivero, productor ejecutivo de Som Produce, que ha contado de nuevo con David Serrano para traducir al castellano el texto de Arthur Laurens inspirado en Romeo y Julieta, cuya historia de amor entre Tony y María sigue siendo tan conmovedora y actual como el primer día.

«Con una de las mejores partituras de la historia -del gran Leonard Bernstein y Stephen Sondheim- West Side Story era el último gran clásico que faltaba por estrenar. De todos los montajes que hay por el mundo (Nueva York, París, Buenos Aires..) este va a ser el más grande visualmente y el más impactante», añadió.

Dirigido por Federico Barrios, cuenta con 36 intérpretes en escena y una banda de 20 músicos a las órdenes de Gaby Goldman. El Teatro Calderón ha tenido que recuperar el foso para contar con la orquesta en directo, y se ha montado una plataforma especial para incluir los instrumentos.