? Enamorado del castellano y de su «fuerza», fueron numerosas las canciones que el «artesano» Charles Aznavour grabó en este idioma en una larga carrera que en el año pasado, a sus 93 años, lo trajo por última vez a España para demostrar que la suya era una voz estoica y necesaria para el entendimiento. «Hay que salvar a la humanidad de quienes levanten barreras», declaraba solo unas semanas antes de esa última actuación en el WiZink Center de Madrid en la que, en plena ofensiva de Donald Trump como presidente de EE UU contra el libre movimiento de personas, interpretó Les Emigrants. Siempre contó su lucha «por ser aceptado como inmigrante nacido en París» y, después, por ser considerado «un auténtico francés». «Tras eso, decidí que en mi vida sería lo que quisiera; en este caso, artista. Dejé el colegio a los 10 años y todo lo aprendí por mí mismo». De aquel vigor dio prueba en la capital española un 31 de enero de 2017 y 6.000 almas quisieron sentirlo en primera persona, más que en su anterior concierto en el mismo espacio, celebrado solo dos años antes, donde ya entonces había una mezcla intergeneracional.