? Corría el verano de 1968 cuando un joven y casi desconocido Julio Iglesias se alzó por sorpresa con la Sirenita

de Oro ante cientos de espectadores que abarrotaban la plaza de toros de Benidorm donde se celebraba el popular Festival de la Canción. El joven cantante interpretó «La vida sigue igual» y ganó el certamen contra todo pronóstico, ya que nunca antes había actuado en público. El artista español más popular de todos los tiempos emergió en Benidorm, la localidad que también sirvió de trampolín a Los Gritos, Bruno Lomas o el Dúo Dinámico.