El artista alcoyano Antoni Miró se mostró ayer «sorprendido» por la polémica causada por las esculturas que se han instalado en La Marina de València porque se trata de piezas inspiradas en la cerámica popular griega «de hace más de 2.500 años» y que, como en aquella época, incluyen escenas de contenido sexual y erótico. El pintor y escultor está convencido de que «la mayoría de la gente lo ve normal y hay más opiniones favorables que en contra».

Miró considera «una lástima» que haya gente que se escandalice y «entretenga» en este tipo de cuestiones -«que son la cosa más normal del mundo», remarcó- «con la cantidad de problemas» que hay actualmente. No obstante, considera que «siempre que se hable de cultura y arte es interesante». Miró señala que sus trabajos se inspiran en la cerámica popular griega de hace más de 2.500 años y uso cotidiano y cuestiona que «haya gente que ve cosas muy raras». Acerca de las críticas sobre que La Marina sea un espacio poco adecuado para la exhibición de las esculturas por el público familiar que acude, el artista considera que a los niños se les utiliza «como una excusa» y realmente a quien molestan es a «algún padre que está un poco atrasado». «Siempre hay personas malpensadas que se aferran a ideas muy extrañas y antediluvianas», dice Miró, para quien este tipo de polémicas son cíclicas «y de tanto en tanto suelen pasar». De hecho, hace diez años la instalación en Xàbia de esas esculturas también provocó quejas aunque también un alto número de visitas.

El delegado del Foro de la Familia en València, Vicente Morro, exigió ayer la retirada inmediata de las esculturas porque «la exposición en la vía pública de estas figuras que representan felaciones, masturbaciones, con genitales expuestos y reproduciendo diversas prácticas sexuales, con alto contenido sexual explícito y de muy dudoso gusto, podría vulnerar la ley de protección jurídica del menor».