«Los hechos no cambian opine la gente lo que opine». Esta fue la respuesta, que también reprimenda, del ministro y exastronauta Pedro Duque a la polémica suscitada hace unas semanas por el futbolista Iker Casillas cuando este puso en entredicho la llegada del ser humano a la Luna hace ya casi 50 años. Una duda que, alimentada por los denominados «apoloescépticos», todavía sobrevuela a esta increíble hazaña pese a las evidencias científicas, las fotografías, las fuentes orales y documentación en las distintas misiones que lograron dicho hito del Apollo 11 al 17.
Por todo ello, y con el fin de desmontar estas teorías y mitos ante el medio siglo «del pequeño paso para un hombre y un gran salto para la humanidad» de Neil Armstrong , el escritor alicantino Daniel Valverde publica En la magnífica desolación: La odisea del Apollo 11 y los misterios de la Luna (Guante Blanco editorial). Un amplio ensayo en el que Valverde analiza la distintas tesis defendidas por los «apoloescépticos», como si todo fue un fraude perpetrado por la NASA con el fin de «superar» a los soviéticos en plena carrera espacial, o si el mismísimo Stanley Kubrick trabajó en el montaje de un supuesto plató para simular tan extraordinario acontecimiento.
«Más que preguntarnos por la falsificación de la NASA, que no fue así, hay que preguntarse por todo lo que pudo haber salido mal y finalmente salió bien, porque las garantías no eran muchas con el Apollo 11. Se sabe que solo tenían un 50% de posibilidades de que el módulo lunar fuera bien. De hecho, tres de las seis veces que se probó en la Tierra había fallado. Es más, recientemente hasta ha trascendido un discurso fúnebre de Nixon que tenía preparado, del que seguro echó mano porque hubo momentos peliagudos y muy complejos», explica Valverde, investigador formado en aeronáutica, quien admite que la «lejanía de la misión» del Apollo 11 ha envuelto a este de un «matiz legendario», de ahí el actual escepticismo en numerosas personas. «Es como una película de Moviola que nos pilla demasiado lejana», afirma.
En cualquier caso, remarca Daniel Valverde, hay numerosas pruebas de la hazaña en la que contribuyen la actual tecnología por las fotografías de alta resolución realizadas a la Luna. «Y en ellas se puede distinguir las zonas de aterrizaje de los Apollo, las huellas de los astronautas, el rastro de los rovers que recorrieron tantos kilómetros y, por supuesto, está la existencia de los reflectores que dejaron, incluido el Apollo 11, ya que, con estos paneles, desde los observatorios en la Tierra se puede lanzar un láser que rebota y se obtiene un cálculo preciso de la distancia lunar», comenta.
El argumentario de los «apoloescépticos» es amplio, y Daniel Valverde pormenoriza en su disquisición qué ocurre, por ejemplo, con el «supuesto» movimiento de la bandera norteamericana en la Luna; la inexistencia de un cráter cuando el módulo lunar, la nave de 15.000 kilos, aterriza; o la misteriosa «C» que aparece sobre una roca en una de las imágenes de la NASA como si fuera la anotación de parte de un decorado... el ensayista alicantino nos descubre y describe de este modo las verdaderas y mentiras de toda una era espacial.
Sin embargo, ¿por qué no se produce una nueva misión a la Luna que corte de raíz los bulos y falsedades? «La NASA tiene sus miras hoy por hoy en Marte. Han cambiado mucho las cosas y en la actualidad es inconcebible una misión de este calibre que implique la presencia de humanos», concluye Valverde.
