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El apogeo del circo

El arte circense se multiplica en programas culturales, festivales especializados y la creación de escuelas y espacios en Alicante y provincia

La obra Rodolfo y Rita en el festival circense Hop! de Villena. información

El tradicional circo con animales como espectáculo ha mutado a un circo contemporáneo que se ha ganado al público y, con él, los grandes y pequeños teatros, los de interior con telón y los de exterior en la calle. Es más, de un tiempo a esta parte, el arte circense ha experimentado un auge histórico por el número de representaciones insertadas en programaciones culturales de Alicante y provincia que, a su vez, ha motivado la creación de compañías y festivales profesionales que, de índole alicantina, se mueven ya por el circuito internacional. El circo ha pasado, sí, de ser un arte «denostado», prácticamente reducido a la nada, a nutrir buena parte de los contenidos culturales de un amplio número de municipios y ayuntamientos pero... ¿cómo se ha llegado hasta aquí, y cuáles son sus causas?

Creación y producción

Lomi Szil, gestor de Circarte (Festival de Circo Contemporáneo con sedes en Alicante, Dénia, El Campello, Mutxamel, Sant Joan y San Vicent del Raspeig), indica que «nosotros, cuando empezamos hace nueve años, éramos el único festival específico de circo en la Comunidad Valenciana, y ahora mismo por suerte y alegría hay otras iniciativas», en un proceso que ha mostrado la «capacidad de creación y producción que tiene y ha generado el sector», tanto público como privado.

«Aquí en Alicante, hace 20 años, empieza la gente aficionada que no viene del circo tradicional, y de esos movimientos, espacios y escuelas se evoluciona en el día a día hasta una capacidad y calidad de producción de circo alicantino que hoy está en el circuito internacional y además muy bien considerado», agrega Lomi Szil sobre este avance «muy grande» en la perspectiva cultura e histórica del circo en Alicante y provincia, ya que «de lo que teníamos cuando empecé a ahora, la realidad desde luego es incomparable», concluye.

Impulso institucional

Andrea Pérez, de la alicantina La Trócola Circ, destaca en este sentido el apoyo de instituciones públicas «no solo a nivel de ayudas económicas sino también respecto a entidades que programan circo, lo que ha hecho posible que muchas compañías hayamos podido salir adelante y así poder desarrollar nuestra actividad», explica.

«En Alicante hemos notado mucho el cambio con el Teatro Principal, el Arniches, el festival Circarte... cada vez hay más apoyo, nuevas entidades, síntomas de que el sector está en auge», comenta Pérez, quien con la primera obra de su compañía, allá por el 2013, realizaron cerca de 200 funciones y recorrieron nueve países. «Se ha dado un cambio político importante. Ha habido un cambio político, de conciencia de abrir a nivel comunitario y de Generalitat, en las artes escénicas en general, y se ha visto que el circo se puede programar perfectamente y se puede equiparar a cualquier otro género», apunta.

Andrea Pérez resalta el trabajo en Alicante con el circo desde hace 20 años, y define este arte como un «inherente a la emoción» a través del desafío y la dificultad del artista. «El teatro y la danza pueden emocionar, pero la técnica del circo tiene esas 'proezas' que se ven en el escenario, donde la dificultad del artista lleva rápidamente a la emoción del espectador», afirma.

Escuela y formación

Pablo Cuello es el coordinador de la escuela cultural y de formación Espacio Fractal en Alicante, y destaca asimismo el interés que ha despertado el arte circense entre el público. «La escuela empieza la semana que viene en un año lectivo con inscripciones para todas las edades. Hay danza, acrobacia en el aire, de suelo... y lo hemos creado porque hemos detectado un interés, u público que tiene curiosidad y que quiere conocer las cosas», comenta. «El Circo del Sol siempre viene a Alicante y esto no es casual... la respuesta es rápida e inmediata del circo en Alicante, un circo que no es solo un ciclo alternativo, sino que puede sumarse a cualquier actividad lúdico-corporal, que tiene que ver con el desarrollo artístico... y eso no tiene clase social ni ideología», apunta Cuello respecto a las etiquetas y estigmas que ha sufrido el arte circense en los últimos años.

Cuello, que también está al frente de la compañía alicantina Subcielo, reconoce que el circo alicantino atraviesa en la actualidad por un momento dulce, álgido, pero no exento de adversidades como recuerda cuando trabajaban su último montaje, Célula: «Lo creamos íntegramente en la calle, en el momento en que montábamos las cuerdas y llegaba la policía», lamenta Cuello respecto a una lucha, a un trabajo, «muy duro y muy largo», y que sigue todavía llevándose a cabo.

Conexión con el público

José Ayelo, director de la Casa de Cultura de Villena, y gestor del festival circense Hop!, indica que «el circo ha salido de la carpa, que es lo más importante, el circo ha cambiado y se muestra en la calle. Es una alternativa al teatro de calle, y sobre todo una actividad cultural que conecta muy bien con todos los públicos, anima la calle». Ayelo señala que los espectáculos dentro del festival Hop! están siendo un éxito, recibidos con gran expectación por el público, dentro de iniciativas que son «una oportunidad para las escuelas de circo, con disciplinas que animan el verano y que, por limitaciones en las salas que disponemos, no podemos programarlas en otras épocas».

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