La memoria y otras capacidades cognitivas pueden perderse a medida que pasan los años, recordar nombres o mantener la atención son algunas de estas capacidades, pero no es algo irremediable.

Para mantener su potencial y mejorar su rendimiento, el cerebro necesita ejercitarse, y estas técnicas son imprescindibles para mantener sano el sistema nervioso central.

1. Dieta sana

Aunque resulte extraño, la barriga es también llamada 'el segundo cerebro'. Nuestro sistema digestivo lo forman unos 100 billones de microbios y conecta con el cerebro a través del eje cerebro-intestino.

Dicho esto, una dieta sana ayuda a mantener el equilibrio entre estos dos órganos imprescindibles y potenciar el rendimiento cerebral. Por ejemplo, aproximadamente el 20% del azúcar que consumimos va directamente al cerebro, lo que hace que dependa de los niveles de glucosa, por eso la ingesta de azúcar debe de estar controlada.

La grasa también forma parte de las células cerebrales, por lo que es dañino para el cerebro eliminarla en nuestra dieta. Alimentos como las nueces, el pescado, las semillas o los aguacates nos proporcionan este nutriente beneficioso para el cerebro.

2. Memoriza en movimiento

'Dar cera, pulir cera', con la legendaria frase de 'Karate Kid', al Señor Miyagi no le faltaba razón. Tratar de memorizar algo mientras realizas algún movimiento aumenta las posibilidades de retener esa información.

Se trata de una técnica reconocida por actores y respaldada por diversas investigaciones, pero hay que tener en cuenta que aprender es un proceso voluntario. Para memorizar una lección se debe de estar motivado, y si va acompañado de alguna acción ayudará a recordarla tiempo después.

Andar o incluso bailar para preparar un discurso o una presentación facilita mucho más el aprendizaje

3. Haz ejercicio

La práctica de ejercicio crea conexiones en el cerebro y ayuda a formar nuevas células cerebrales, pero ¿Por qué exactamente?

El cerebro de un adulto supone solamente un 2% de su peso en total, sin embargo, este órgano consume el 20% del oxígeno que respiramos. Al hacer ejercicio la sangre llega al cerebro más intensamente y transporta más oxígeno a las neuronas. Según científicos un mayor nivel de oxígeno en el cerebro ayuda a la neurogénesis, en otras palabras, la creación de nuevas células en el sistema nervioso central.

Hacer ejercicio al aire libre y en compañía impulsa los efectos de la práctica deportiva en el cerebro.

4. Duerme y levántate bien

El sueño es uno de los factores más importantes si hablamos de la salud de nuestro cerebro. Si dormimos menos de 5 horas costará más reaccionar mentalmente, mientras que si se sobrepasan las 10 horas puede producirse un desequilibrio interno.

Cuando dormimos, se afianza la conexión de las células cerebrales y se crea la memoria. Si se estudia algo durante el día, dormir bien ayuda a su aprendizaje, es decir, una lección estudiada antes de dormir será mucho más fácil recordarla a la mañana siguiente, que si se estudia por la mañana y debe recordarse por la noche.

Pero además de dormir bien, es recomendable despertarse gradualmente. Dormir en una habitación oscura y despertarse con el amanecer (o algo que lo simule), mientras la luz se va intensificando ayuda al cerebro para la respuesta del cortisol, hormona que determina cómo trabajará el cerebro durante el día.

5. Desconecta y prueba cosas nuevas

El estrés en pequeñas dosis, ayuda a nuestro cerebro a liberar energía y reaccionar rápidamente o mantener la concentración. Pero la ansiedad o estrés prolongado es dañino para el sistema.

Para evitarlo es aconsejable desconectar de vez en cuando, y para ello no son necesarias unas vacaciones en el Caribe. Dejar que el cerebro descanse de vez en cuando, por ejemplo, fantaseando, ayuda a nivelar las hormonas del estrés y a ejercitar la memoria.

Otra manera de desconectar puede ser realizando actividades de ocio, como aprender un nuevo idioma o dibujar, que ayuda a la elasticidad cerebral, es decir, a la capacidad de adaptación de las neuronas.

La música también estimula el cerebro de una manera única, activa las partes del cerebro y refuerza la capacidad cognitiva en muchos aspectos. La memoria musical, por ejemplo, es la última en desaparecer en casos de demencia.