La historia se narra con capas que se superponen y esa es la forma más evidente que tienen los investigadores para conocer la evolución de sus vestigios. Así ocurre también en el yacimiento del Tossal de Manises, donde se localiza Lucentum, ciudad que dio origen a Alicante y en la que la campaña arqueológica de este verano se ha centrado en confirmar la cronología de la evolución de la principal puerta de acceso al asentamiento y conocer el sentido de su construcción. Y, en esa búsqueda, ha aparecido un desagüe que podría ser de un edificio destacado de la ciudad, con unas losas «enormes», de 1.60 centímetros por 50, lo que muestra «la maestría de los romanos en lo que se refiere a la arquitectura e ingeniería hidráulicas», apunta Manuel Olcina, director técnico del MARQ.

La primera puerta, que no está excavada, estaba definida por un camino sobre la roca en el que se detectan los surcos por donde transitaban los carros. Era el acceso de la época púnica anterior a los romanos. La historia avanza y lo que se ha verificado con la excavación de una parte de la muralla anexa a la entrada oriental es la cronología de la puerta construída ya en el siglo I antes de Cristo, «muy probablemente» en la época de César. «Sería sobre el 50 antes de Cristo cuando los romanos construyeron una puerta militar brutal, potente, extraordinaria, que es una torre con puerta doble de dos hojas colocadas a dos metros de distancia, que se rellenaba de tierra y piedras en caso de ataque».

La potencia de esta puerta indica, según el arqueólogo, que en esa época de guerras civiles «el Tossal jugó un papel importante en la costa, entre Santa Pola y la zona de Benidorm, y que controlaba también el paso hacia el interior de la montaña alicantina». Hasta la época romana, explica el director del MARQ, se pensaba que no había afectado nada en la costa alicantina y que los conflictos habían pasado de largo, «pero nos estamos dando cuenta de que las guerras civiles romanas tuvieron una importancia enorme aquí y una prueba de ello es esta puerta militar que demuestra que fue un escenario destacado porque sus dimensiones, teniendo en cuenta el tamaño de la ciudad, dejan ver que había un peligro importante».

Olcina destaca que no se ha intervenido sobre las puertas en sí sino que se han sacado unos 40 metros más de muralla de la puerta correspondiente a la época en la que se concibió como un recinto militar. «La magnitud de la construcción defensiva es enorme y se acompañaba de un bastión, una torre y la muralla de 2,80 metros, la más ancha del yacimiento, lo que confirma que se trató en su época de un asentamiento militar».

La tercera puerta correspondería a una construcción posterior a la época de Augusto, unos 40 o 50 años después, según se ha podido constatar, en un momento en que el asentamiento se convierte en urbano, en un centro civil, porque lo militar ya no tiene sentido. «El acceso entonces tiene apariencia de entrada a una ciudad normal, con una función estética, no militar», afirma el director de las excavaciones.

Un aspecto destacado del recinto es que la muralla es curva, algo que ya apuntó Enrique Llobregat en 1967 y que determinó posteriormente Olcina. «La muralla hace una curvatura para proteger el camino antiguo que estaba fuera y que fue integrado por los romanos dentro de la ciudad». Esa característica, asegura, hace este trazado «muy interesante».

En cuanto al desagüe aparecido, se pensó en principio que se trataba de una cloaca, «aunque hay que ver si conecta con el sistema de alcantarillado conocido o bien desagua un edificio importante». La canalización termina en un agujero en la muralla de la época de recinto militar y parece que cuando se convirtió en asentamiento civil se realizaron las canalizaciones.

El objetivo de la próxima campaña será excavar en las puertas en sí y dejar a la vista la estructura, tras un proceso de musealización para que la gente pueda entender el yacimiento. «Va a ser espectacular porque el año que viene se va a ver la muralla y el público verá con claridad cómo era el acceso».

En este sentido, afirma que «estamos dando luz a todo el conjunto que sabemos que existió y que ahora es difícil de explicar cuando va la gente; queremos demostrar que se confirman las hipótesis que planteamos y mejorar la vista al yacimiento para que se pueda mostrar toda la evolución de la ciudad».