El cine de trasfondo social, el que se acerca a la realidad más cercana mediante la fórmula del documental, es el que ha intentado transmitir el cineasta alicantino Guillermo Alcalá-Santaella a una veintena de alumnos de Aula Abierta y del Centro 14 en un curso de Cine Documental impartido durante el pasado curso escolar.

La experiencia ya se ha materializado en tres cortometrajes documentales de entre 10 y 25 minutos - Fundidos, Orígenes y Fuñu jem- realizados por jóvenes de 16 a 30 años que abordan el fenómeno migratorio y la pobreza energética. Los trabajos se proyectarán en Alicante tras el verano -el lugar aún debe concretarse-y el director y productor, que ha «pulido» ahora el montaje de los cortometrajes, prevé moverlos también por certámenes y festivales porque «han salido cosas muy chulas, que sacuden y conciencian».

Alcalá-Santaella, autor de títulos como La Sierra (premio al mejor guion de cortometraje en el Festival de Cine Europeo de Sevilla), Continuidad de los parques, basado en el cuento de Cortázar, o La petite fille, apunta que quería trabajar con jóvenes en el ámbito social «y vincularlo a la cinematografía con la producción de cortometrajes documentales, trabajos de denuncia social sobre temas importantes y muy pegados a la realidad social de Alicante».

Los cursos han durado de uno y medio a tres meses y los alumnos han recorrido diversos barrios de la ciudad, como Juan XXIII, Virgen del Remedio o el centro de Alicante buscando escenarios para sus proyectos en el Parque Lo Morant, el Teatro Principal, en bares o en casas.

Fuñu jem refleja la realidad de un músico senegalés como inmigrante en nuestro país, Fundidos trata la problemática de los más perjudicados por la crisis económica, y Orígenes da voz a los inmigrantes de segunda generación, en su mayoría nacidos aquí o que llegaron de niños «pero que siguen llevando en la cara el rol de inmigrante», apunta el director.

En este último, los protagonistas son los propios alumnos, ya que el grupo estaba formado en su totalidad por alumnos de orígenes diversos y no tuvieron problemas en mostrar su realidad.

Nour, una joven libanesa-española de 20 años, ha participado en este último trabajo junto a compañeros con raíces en Ucrania, Cuba, Perú y Argelia «para explicar la vida de los inmigrantes, que no es fácil muchas veces», señala.

«He vivido en Líbano y en España y me interesa mucho saber lo que piensa la gente de los inmigrantes, al mismo tiempo que es bueno contar nuestra realidad como inmigrantes para que no se asocie siempre a los prejuicios y a los tópicos», explica la joven, que reconoce que no tenía «ni idea» del lenguaje audiovisual y asegura que «la experiencia ha sido muy buena».

Jorge, de 26 años, sí era aficionado al mundo del vídeo y ha participado en el corto Fundidos sobre pobreza energética, que ha requerido buscar testimonios de personas afectadas y ha comprobado lo difícil que es «que la gente hable a una cámara, porque al principio te ven y quieren irse». Sin embargo, a Jorge le ha encantado trabajar en formato documental «sin quitar importancia a la ficción», señala. «Soy consciente de la realidad que me rodea, pero con esto ves más de cerca lo que sufre la gente», añade.

Este estudiante de Administración y Dirección de Empresas quiere dedicarse de lleno al audiovisual tras el curso: «He descubierto una faceta que no conocía y no sabía que con pocos medios se podía hacer tanto», asegura.

Ninguno ha visto el resultado completo de los cortos, pero confían en que sus trabajos inviten a la reflexión «y se vean los problemas de forma amena».