Vicente Cayuelas ha estudiado Ciencias del Mar en la Universidad de Alicante pero lo que de verdad le gusta es mirar al cielo en busca de asteroides, cuerpos celestes menores que un planeta que orbitan en el espacio, y su sueño es localizar meteoritos, pequeños fragmentos de meteoroides (de menor tamaño que los asteroides) que llegan al suelo.

El pasado 30 de junio se celebró el Día del Asteroide y el Proyecto Cazadores de Asteroides -una iniciativa de ciencia ciudadana impulsada por Miquel Serra (astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias y administrador del Observatorio del Teide) y Raquel Cedazo (profesora de la Universidad Politécnica de Madrid y responsable tecnológica del proyecto), creadores de una aplicación para controlar la población de asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra- lanzó un concurso para «cazar» asteroides durante dos días, en el que cualquier persona podía participar con esta aplicación, apoyada por el Ministerio de Economía y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

Vicente Cayuelas, de 21 años, es uno de los más de 3.000 usuarios de esta aplicación y ha resultado el ganador del concurso entre 69 participantes de varios países. El pasado año el concurso lo ganó un inglés y esta vez ha sido este joven natural de La Aparecida, una pedanía de Orihuela.

Cayuelas ha sido capaz de detectar 21 asteroides, confirmados por los responsables -otros cuatro no lo fueron finalmente- y obtuvo un total de 5.510 puntos. Ganó, además, al usuario que actualmente ocupa la primera posición del ranking general en la utilización de esta app, según señaló a este diario Raquel Cedazo.

El joven alicantino, como el resto, tenía acceso a las imágenes del cielo enviadas desde telescopios con la aplicación, tomadas a distintos intervalos de tiempo. «Las estrellas están fijas y los asteroides van girando y hay que marcarlos cuando los ves, pero es fácil que se confundan con otras cosas o con defectos de las imágenes. Yo me pasé unas 35 horas seguidas mirando la pantalla del ordenador, mi madre casi me echa de casa -bromea el ganador- y muchas veces no veía nada de nada, solo el cielo estrellado y nada más. Para que no se me cerraran los ojos tomaba bebidas energéticas y oía música, canciones pop, Melendi...».

«No esperaba ganar pero al final, con pasión, se puede lograr todo», señala contento de su triunfo el «cazasteroides», quien anima a todos los aficionados a la astronomía a participar en este proyecto, en el que él colabora desde hace dos meses.

«Yo busco asteroides a diario con esta aplicación. A ver, la NASA lo tiene todo controlado y yo no voy a solucionar el mundo, pero sobre todo ayudas a confirmar asteroides ya detectados, que tú los ves años después, pero también he localizado nuevos, una docena, junto a otros usuarios, y a veces he sido de los primeros en encontrarlos», añade.

El premio logrado por Cayuelas ha sido un meteorito metálico con origen en el cráter de Sikhote Alin, en Rusia, localizado en 1947.

Los meteoritos son para Vicente «auténticos tesoros científicos» y explica que «es como tener una foto muy antigua del pasado, del inicio del Sistema Solar, y algunos meteoritos son más antiguos que la propia Tierra».

El joven de Orihuela apunta que su madre le recuerda desde que era un niño «siempre cogiendo piedras del suelo» y cuando tenía 12 años creyó ver pasar un bólido, un meteoro brillante, que resultó ser un trozo de chatarra espacial. «A partir de ahí empecé a ver documentales de meteoros, a leer libros, a informarme, hasta que mi profesor de Geología me dijo que era bueno buscando, que indagara más», señala.

El joven, que se ha llegado a ir a Lorca, en Murcia, o a Puerto lápice, en Ciudad Real, para localizar meteoritos, que nunca ha encontrado, se lamenta de que aficionados como él no puedan colaborar en su recuperación por falta de información, ya que está limitada a los profesionales.

«Los meteoritos son mi pasión y localizarlos es mucho más difícil que encontrar una aguja en un pajar. Primero tienes que saber que han caído y luego tienes que tener la información sobre su trayectoria, pero eso solo lo controlan los astrofísicos desde sus observatorios. Cada año caen 2 ó 3 en España pero desde hace diez años no se ha encontrado ningún fragmento. ¿Qué pierden con que otra persona quiera seguir buscando?», se pregunta.

Cayuelas, que no estudió Astronomía porque se le dan mal las matemáticas, prevé matricularse en Geología el próximo curso.