n Su destino se unió al del Instituto Cervantes en 1993. Atrás quedaba su Alicante natal -«nací en la calle San Mateo»-, su adolescencia en el Instituto Jorge Juan y sus estudios universitarios de Filosofía y Letras en la UA. Antonio Martínez Luciano empezó en la sede de Manila y de allí saltó a Nueva York, Casablanca, Río de Janeiro y, ahora, Chicago. «He estado en la periferia de las europas», afirmaba ayer en Alicante.

Lo que si ha tenido es «una experiencia maravillosa porque trabajar en este centro promoviendo las lenguas del Estado y organizando actividad cultura pues es el trabajo más bonito que hay».

Lo hace desde hace casi cinco años en Chicago, donde hay una población de más de millón y medio de mexicanos. «En EE UU mantener el español es un reto porque una vez que los hijos se integran es difícil, sobre todo mantenerlo bien, de forma correcta».

La presidencia de Trump tampoco ayuda. «Es un momento difícil, aunque el español allí tiene una fuerza tremenda a pesar del señor Trump, que esperemos que dure lo menos posible; ni los americanos ni el mundo se merecen un presidente así».

Cuando cumpla cinco años en Chicago, donde quiere presentar el documental sobre la guitarra que ha realizado la Diputación, tendrá que hacer la maleta de nuevo, aunque espera poder retirarse pronto a su casa de Xàbia. «Tengo una ilusión tremenda».