¿Obtienen los escritores sus ideas de un mundo aparte o son consecuencia de sus biografías? ¿Cuando el lector imagina el texto es también un creador o un mero intérprete? ¿Se pueden imitar en pantalla las asociaciones mentales de quien crea o es más honesto renunciar a intentarlo? Raúl Cornejo, periodista alicantino especializado en cine y director del blog Vivir Rodando, siente fascinación desde la adolescencia por el acto de la creación literaria. Por ello, cuando entró en contacto hace cosa de un año con el director de Filmografías Esenciales, de Editorial Universitat Oberta de Catalunya, no se resistió a incluirlo en la lista de temas posibles para escribir un nuevo título de la colección.

«Valoraron más este tema que otros más comunes que había propuesto, como el deporte en el cine o el erotismo», cuenta satisfecho el autor. Seis meses después nació Un mundo aparte: 50 visiones cinematográficas sobre la creación literaria, la monografía número 23 de esta colección de ensayos sobre cine. Está a la venta desde este mes de julio y será presentado en septiembre en varios actos, entre los que destaca la presentación-coloquio que albergará la librería alicantina Pynchon&Co el día 22 de ese mes.

Cornejo sigue la estructura de los demás volúmenes y desarrolla su visión del tema, cómo ha abordado el cine el acto de creación literaria, a través de un ensayo y una filmografía selecta de las 50 películas que, a su juicio, mejor tratan el misterioso proceso de inventar personajes, articular historias y contar cosas que o bien no han pasado o bien no se han contado como quiere hacerlo el autor.

Las preguntas que trata de responder en el ensayo surgen en muchas ocasiones del trabajo de visionado de las cintas y de encontrar patrones comunes en ellas. La tesis de que la vida y la obra son a veces una misma cosa le lleva a incluir varios biopics, como La vida de Émile Zola (1937), Cyrano de Bergerac (1990) o Truman Capote (2005).

También aprovecha este género para dar cuenta de las dos principales estrategias que usa el cine para mostrar un acto de creación literaria, un proceso «muy difícil de plasmar en pantalla». «En una película sobre un pintor puedes ver cómo trabaja su mente porque ves qué ve, cómo pinta, cómo corrige... Pero eso es muy complicado hacerlo en una película sobre escritores o guionistas», señala el periodista. Por ello el cine «ha utilizado, quizás demasiado, la elipsis», recurso mágico que nos hace entender sin necesidad de mostrar nada que entre una escena y otra el libro o el texto ya ha sido escrito.

La segunda estrategia no evita el desafío, pero, dado que «no puede mostrar, sino insinuar», como señala Cornejo en el libro, pide al espectador que lo acompañe en un viaje sensorial; se propone un fundido de imágenes en principio inconexas que pretende recrear las ideas que estallan en la cabeza del autor cuando trabaja. Para Cornejo, En la boca del miedo (1995) es un magnífico exponente de este camino cinematográfico.

Quizá la película que, en su opinión, mejor resuelve el reto sea Adaptation (El ladrón de orquídeas), de 2002 . Un guión descomunal que logra que el espectador entre en la mente de un guionista atascado que interpreta Nicholas Cage. «Crear es un proceso individual, y nadie como Charlie Kaufman -guionista del film- conoce la mente de las personas», apunta Cornejo. Para su sorpresa, la editorial había elegido esta película para la portada del libro sin instrucciones suyas. Señal de que, como autor, está consiguiendo transmitir su mensaje.