El Low Festival de Benidorm se ha ganado a pulso el nombre con el que este año se le ha bautizado para celebrar una década de música en directo. La edición «Big» («grande», que es como se le ha llamado) lo ha sido sin ninguna duda y ayer lo demostró una vez más dejando un buen sabor de boca después de diez años de grandes conciertos. Entre los culpables, el grupo indie por excelencia en España, Izal, quien hizo ayer vibrar hasta la extenuación a las miles de personas que se congregaron en el escenario VibraMahou para oír los grandes temas de la banda. A ellos se sumaron Santiago Auserón que se subió a las tablas con Sexy Sadie, aunque también estuvieron Niños Mutantes o Editors, entre otros.

La última jornada se vivió como si fuera la primera. Y es que la música tiene eso, que a pesar de llevar dos intensas jornadas encima, los «lowers» no quisieron perderse este último día y miles de personas volvieron a abarrotar las instalaciones. Al principio de la tarde, los primeros llegaban al recinto aún con el sol sobre sus cabezas y con un calor intenso al que sobrevivieron en las zonas de descanso que ofrecía el festival.

Para arrancar, Woods o Modelo de Respuesta Polar en los escenarios de Matusalen y Jägermeister y Santiago Auserón en el Vibramahou acompañado por Sexy Sadie, grupo indie de los 90 con visión pop, una extraña combinación que funcionó perfectamente encima del escenario sobre el que se pudieron escuchar canciones de Radio Futura, Juan Perro y de la banda mallorquina.

Auserón no defraudó y aquellos que esperaban su actuación salieron satisfechos. Entre los temas que se pudieron escuchar «Annabel Lee», de Radio Futura. Los cuatro mallorquines Jaime García Soriano, Jaume Gost, Toni Toledo y Carlos Pilán sacaron su poderío instrumental contundente y formaron un tandem perfecto con Auserón para interpretar temas como «Escuela de calor», «La estatua del jardín botánico» o «Veneno en la piel» a la que se sumaron otras de la época de Juan Perro.

Tras ellos, llegó el turno de Izal que sobre las 22.15 horas se subieron al mismo escenario que habían pisado antes Auserón y Sexy Sadie. Cuando Mikel, el cantante, salió con su guitarra ya se ganó al público que no dejó de cantar y bailar sus canciones durante toda la actuación. Los chicos de la «Mujer de verde» no defraudaron y cuando sonaron las primera notas de esta canción, convertida ya en un himno indie, se desató la locura entre las miles de personas que esperaban oír esta melodía.

Fue la de Izal una de las actuaciones que se recordarán de este décimo Low. Entre los temas que sonaron algunos de siempre y otros de su nuevo disco «Autoterapia», entre ellos, «Copacabana», «Despedida» o «Hambre». Cada una cantada por Mikel y seguida al milímetro por los asistentes que, incluso, imitaban los bailes del imponente artista que desplegó su dos metros de arte por el escenario.

Otros que no defraudaron fueron los Niños Mutantes. La banda granadina era otra de las esperadas de la última jornada y lo hizo con temas como que «Errante», «Sin Pensar» o «Pura Vida» entre otros muchos bailados sin parar.

Para cerrar, Editors

La última jornada contó con unos veteranos sobre los escenarios: la banda británica Editors. Al cierre de esta edición sonaban los acordes de sus canciones y el público acompañaba a este grupo ya entrado el nuevo día. Tom Smith (voz) junto a Justin Lockey desgranaron temas de su nuevo disco «Violence», entre la electrónica el pop, pero también temas anteriores como «Blood» y «Cool» o de su etapa más sintética con «Eat Raw Meat= Blood Drool». La noche aún tenía más. Ya entrada la madrugada era el turno de La Moda, Las Chillers, KAKKMADDAFAKKA o Vive la Féte, entre otros. Además, tocaron la banda local SRA. Robinson, Poolshake, Mireia Vilar o Runa en los tres escenarios principales.

El Low Festival cerró ayer con la asistencia de unas 25.000 personas al día, lo que le consolida aún más como uno de los festivales imprescindibles del panorama nacional. Hoy los «lowers» volverán a casa con la maleta un poco más llena de música y con ganas de una nueva edición que, como mínimo, sea como la décima.