Puro espectáculo musical y visual. The Chemical Brothers revolucionó ayer el Low de Benidorm con un repertorio de sus mejores temas (como «Hey Boy Hey Girl» o «Escape Velocity», entre otros) sobre el escenario central -prácticamente al completo, gradas y pista central incluida- en una memorable actuación que dejó impresionados a todos los asistentes.

El espectacular sonido, que retumbaba en todo el Low, reunió a buena parte de los miles de asistentes de la madrugada del sábado al domingo en Benidorm, en una actuación que asombró por las luces y las sorpresas (se vieron sobre el escenario unos robots gigantes que lanzaban rayos láser por los ojos) y unos montajes audiovisuales tremendamente realistas, que mezclaban la crítica con el surrealismo, el terror con la ensoñación, en una creatividad constante y desbordante.

La llegada de los «hermanos químicos» fue de madrugada, en la recta final de la jornada del sábado, probablemente la más multitudinaria con 25.000 personas dispuestas a entregarse al máximo con sus ídolos, los «reyes» de la electrónica. De hecho, entre la multitud, muchos de ellos habían venido expresamente al Low para disfrutar del concierto de The Chemical Brothers, a los que no es tan fácil ver en directo en España.

Y lo cierto es que la espera y el viaje, o todo a la vez, mereció la pena. Porque lo suyo fue un apasionante juego de luces, de creatividad, de cruces de sonidos, de figuras tridimensionales brillantes a otras más terroríficas que seguían el ritmo marcado por The Chemical Brothers ante una pantalla gigante de increíble realidad.

Vasos por los aires, manos en alto, movimientos sin cesar, saltos de los más fieles seguidores... The Chemical Brothers convirtió un concierto en un espectáculo audiovisual, una revolución en el total sentido de la palabra.

De esta forma, The Chemical Brothers fue sin duda la culminación a una «noche mágica», que también histórica en el Low, que había reunido a Los Planetas y a los escoceses Biffy Clyro, que también se llevaron otra de las grandes ovaciones con su punk-rock que agradó, y mucho, a juzgar por los aplausos.