El cóctel perfecto y la combinación soñada dan lugar a una de las jornadas históricas del Low de Benidorm que hizo ayer vibrar, divertir y encandilar a más de 25.000 personas en la ciudad de los rascacielos. ¿Por qué? ¿quién podía deparar una vivencia tan memorable? El indie de Los Planetas, el rock de Biffy Clyro y la electrónica de The Chemical Brothers (que no salieron al escenario hasta las dos de la madrugada) será difícilmente borrado del recuerdo de los miles de seguidores que, cada nueva edición, desde hace diez años, acuden al Low para reencontrarse con la mejor de la música.

Porque, al fin y al cabo, ¿qué es la música? Pues la música es eso, lo vivido ayer en el Low, un escape, una evasión, una ensoñación, una inyección de sensaciones y sentimientos que permanecen en nosotros para siempre. Es la imagen de centenares de miles de personas abrazándose, saltando, llorando, gritando, coreando letras, canciones y melodías, copa o cigarrillo en mano, en instantes que jamás volverán a ser repetidos. Es la imagen de miles de coches ocupando sus filas bajo el sol abrasador, de la sonrisa, del disfrute, de días de vacaciones vividos en familia o con amigos. Se le puede poner más o menos literatura, pero la música es eso: oír, escuchar, sentir y emocionar.

Y todo ello viene sumado a una jornada memorable como la de ayer en el Low, que empezó a calentar motores especialmente con la actuación de Carlos Sadness, cuyo apellido ("sadness", en inglés, que significa tristeza) contrasta absolutamente con el repertorio de sus principales temas, pura felicidad, y que no dejaron de mover, divertir y balancear al público presente. De ahí la celebración unánime de algunas de sus mejores canciones, sobre todo las principales de su último y reciente disco, Diferentes tipos de luz, con «Te quiero un poco» y «Hale bopp», que con el fondo del mar Mediterráneo, de la playa, de su luz y de su sol, sirvieron sin duda de un marco perfecto.

Poco después de Carlos Sadness, en el escenario estrella central del Low, la actuación de Los Planetas, que ya presentó su propia anarquía musical con su último disco, Zona temporalmente autónoma, que toma el título del manifiesto de Hakim Bey, pseudónimo del escritor neoyorquino Peter Lamborn Wilson (haciendo referencia a esos momentos de la Historia en que un fenómeno se mantiene al margen de una corriente más amplia que lo terminará engulliendo).

Los Planetas reunió a todo tipo de público, de más jóvenes a más veteranos, al tiempo que se escucharon temas que ya son todo un clásico en la escena musical española como «Un buen día» y «Qué puedo hacer».

Además de las letras más reivindicativas y políticas, Jota y los suyos tampoco se separaron de los ritmos más melancólicos y pegadizos, identificativos sin duda con Los Planetas, la banda granadina que ofreció una actuación brillante, de las más aplaudidas y seguidas anoche en el Low, con miles y miles de seguidores ante el grupo indie generacional por excelencia en España con casi un cuarto de siglo de carrera a sus espaldas.

Por otro lado, el rock-blues de los estadounidenses Vintage Trouble y el indie de los catalanes Egon-Soda (junto a los divertidos Novedades Carminha, o bien los temas de la chilena Javiera Mena, Mouwnex, Fogbound -con su inconfundible rock psicodélico-, Alex Metric, Escorpio o Aloha Bennets) fueron también caldeando un Low que exhibió su impresionante capacidad de convocatoria en la jornada de ayer sábado dando paso a los grupos más esperados de la noche como los escoceses Biffy Clyro, puro sudor, energía, fuerza y carga de adrenalina que otras veces se mezcla con ritmos más pausados y sentimentales con la voz de Simon Neil. De hecho, esa es la faceta que más gusta de Biffy Clyro, con temas que se mueven entre contrastes de pausas y fuerzas, de golpes y sonidos más calmados. Una dualidad que condensa fuerzas y aprisiona ritmos, que suben y bajan constantemente para un auditorio que se deja llevar. Así sonaron «Many of horror» o «Wolves of Winter», entre otros temas que no se alejan ni mucho menos de sus raíces cuando el punk conecta y entreteje buena parte de su repertorio.

Y así concluyó este viaje por las emociones, a la música que va directa al corazón, que será recordada por muchos como un Low histórico, difícil de superar por la combinación exquisita del indie de Los Planetas, de la electrónica de The Chemical Brothers y del rock-punk de Biffy Clyro. Y un público que llenaba los pasillos, que como pequeñas hormigas iban ocupando los asientos del escenario central o bien los espacios disponibles.

Eso sí, a falta de confirmación de cifras oficiales, aún queda una nueva jornada para redondear este increíble cartel del Low con Editors (que presentan su nuevo disco, Violence, con un pop tintado de oscuro e incursiones a la música electrónica) y, por supuesto, Izal, otra de las grandes firmas, de las apuestas más seguras en lo mejor del indie español que congregará a miles y miles de fans.