Con permiso de los Editors y de los divertidos Kakkmaddafakka, los españoles Izal, son el grupo del domingo en el Low, festival al que vuelven por tercera vez, pero ahora en lo más alto del cartel, una metáfora del ascenso de una de las formaciones más representativas del nuevo indie nacional.

Hablamos con el batería, el valenciano Alejandro Jordá, al teléfono desde Madrid -el pasado lunes- descansando tras un fin de semana con tres conciertos que les supuso atravesar media España en furgoneta.

¿En cuántos festivales vais a tocar este verano?

Pues creo que en 21. La idea inicial era alguno menos pero al final tuvimos la suerte de tener que cumplir con más.

¿Habéis hecho tres actuaciones en un fin de semana?

Si, ha sido bastante mortal. Empezamos en el FIB de Castellón, de ahí al Nosinmusica de Cádiz y al día siguiente en Contemporánea de Badajoz.

¿Desde un escenario se ven todos los festivales iguales, sabes dónde estás tocando, hay diferencias?

Pues es un proceso extraño. Depende del trato previo que tengas. Nosotros estamos muy encima de todo para bien y para mal, nos enteramos de todo lo que pasa por nuestra oficina o nuestro equipo, y al final lo diferencias porque ya conoces el festival, algunos tienen su propio carácter... es positivo porque así también lo disfrutas de otra manera.

¿El set list es siempre el mismo?

Tenemos un show muy trabajado en el que intentamos que llueva a gusto de todos y la idea es hacer el mismo set list en festivales y el año que viene ya haremos nuestra propia gira con cambios. Pero la idea ahora es mantener el set list porque es un resumen de los cuatro discos.

¿El concierto del domingo en el Low no se centrará entonces en Autoterapia

La idea es tocar los temas fundamentales que no pueden faltar del resto de discos. Nos dejamos alguno de Autoterapia fuera que quiseramos tocar, pero así dejamos alguno para la gira que viene, con una escenografía ampliada, elementos nuevos, con un show distinto.

Hace poco decía Mikel Izal que en ocho años no habéis cambiado, ¿de verdad no os ha cambiado hacer cuatro discos y disfrutar del éxito?

Hay diferencias notorias, como el hecho de que ahora vivimos de esto exclusivamente. Tenemos la suerte de poder dedicarnos a la música al cien por cien. Entre los cinco hay mucha más conexión, más piña que antes, arriba y abajo del escenario.

¿Lo hubieras imaginado hace ocho años?

No. Yo soy de València y me viene a Madrid... si me hubieran preguntado hace diez años cómo estarías en diez años, no me hubiera imaginado que estaría así. Y si me preguntas cómo querría estar, tampoco habría dicho así, habría aspirado a algo menor porque no esperaba que pudiéramos vivir esta maravilla.

¿Hay que seguir yéndose a Madrid para sacar un proyecto adelante?

Madrid tiene una cosa que no tienen otras ciudades, una ventaja geográfica: para girar desde Madrid el punto más largo son siete u ocho horas. Y en Madrid hay muchas salas, músicos, proyectos... En València la escena musical no está nada mal, hay grupazos y salas, pero al final Madrid siempre va a tener más.

¿Cuánta vida le dais a un disco como Autoterapia

En principio la suerte de no tener discográfica nos permite no tener que pensar en ese tipo de cosas. Nosotros sacamos el disco y decidimos estrenarlo en festivales. Si tuviéramos discográfica igual nos dirían «de eso nada, lo guardamos en el armario y se saca en octubre». A lo mejor si vemos que el disco muere pues nos metemos de nuevo en el estudio o hacemos una gira final. Tenemos la suerte de no ponernos límites y que nadie nos diga nada.