Cigarrillo en la boca, aspecto de vida desordenada y estribillo entre los dientes. Rizos que peinan canas y barba de varios días. Carne y hueso de protagonista de canción indie al abrigo de un festival. Veladas eternas y futuro fiado a una ruleta trucada por el azar. El determinismo ambiental niega la casualidad: nuestra conducta responde a las fuerzas de la naturaleza. En Los aires difíciles Almudena Grandes achaca el comportamiento de sus protagonistas a los vientos de poniente y de levante; dos nombres, por cierto, popularizados hasta el extremo en Benidorm.

Anoche la ciudad de los rascacielos dio la bienvenida a la décima edición de un Low que flotó bajo el influjo del eclipse lunar más potente de todo el siglo XXI. La mística sideral brotó en el cielo sobre las 22.30 de la noche, pero la terrenal la había disparado un par de horas antes la camaleónica Christina Rosenvinge sobre el escenario VibraMahou de la Ciudad Deportiva Guillermo Amor. Hecha a sí misma, inconformista y feminista cuando el término desafortunadamente no copaba todavía telediarios, la cantautora madrileña de ascendencia danesa presentó ante los primeros lowers su nuevo disco Un hombre rubio, dedicado a su padre y del que tocó canciones como»La flor entre la vía» o «Afónico». En su alegato no olvidó la protesta social ni la sexual, tampoco el guiño al festival: «Que sigas portándote bien. Felicidades, Low».

Hipnotizado por la dulzura inconformista de Rosenvinge y por un cielo cada vez más rojizo y apocalíptico irrumpió Iván Ferreiro con su halo de artista huidizo, parco en palabras y sutil en las letras. Convertido por méritos propios en una de las estrellas del indie pop-rock nacional, hizo un repaso a su último disco Casa y a sus éxitos de siempre con Los Piratas y sin ellos. Tournedo, uno de los himnos generacionales por excelencia y que Ferreiro amenaza una y otra vez con eliminar de su repertorio, retumbó en el antiguo estadio benidormense de Foietes, que este fin de semana cumple ocho años como santo y seña de la música estival alicantina. El artista vigués no olvidó tampoco «El viaje de Chihiro», «El equilibrio es imposible» o «El pensamiento circular».

El eclipse no ensombreció a un Ferreiro que sí lo advirtió: «No podíamos tener mejor fondo de pantalla, hay una Luna increíble, de Juego de Tronos, pero miradme a mí».

Eclosión final

Sobre el mismo escenario y ya pasada la medianoche el grupo francés Phoenix, el plato fuerte de la jornada de ayer, multiplicó el fervor de un público expectante por bailar su mejor carta de presentación, un «If I ever feel better» que aupó a la banda gala al estrellato internacional hace casi dos décadas. La banda liderada por Thomas Mars, casado con la cineasta Sofia Coppola, prosiguió con la hechizante «Lisztomania» de Wolfgang Amadeus Phoenix, disco que les valió un Grammy al mejor álbum de música alternativa en 2009.

Bendecidos por poner banda sonora a una de las escenas más icónicas de Lost in translation, Phoenix inundó Benidorm de un crisol de estilos coronado definitivamente con los acordes de «Too young», capaz de unir y desunir lo intangible.

Hasta el amanecer

Tras los parisinos, debutantes en esta edición «Big» del Low Festival, fue el turno de Vitalic, padre del sonido french touch, que presentó su espectáculo ODC Live, catalogado en 2017 como uno de los mejores shows de electrónica del planeta. Su propósito: hacer bailar bajo los rascacielos con «Voyager» y su single «Tú conmigo» a dúo con La Bien Querida, que ya había actuado a las 21.10 en un escenario Matusalem por el que esparció folk horas antes la catalana Joana Serrat.

La primera jornada del Low 2018 deja el listón muy alto, también en parte a León Benavente; mucho más que uno de los mejores nombres de un grupo de música en España. Ellos, una realidad aplastante del indie rock nacional con apenas seis años de vida, cedieron el testigo a La Habitación Roja, no sin antes levantar a los lowers a ritmo de «La ribera» o «Gloria». El techno iconfundible de Vitalic y el post-punk de los vascos Belako llevaron hasta el amanecer la primera jornada de una décima edición que apunta alto. Los djs Elyella, que abrieron a las 5 de la mañana con su último tema "Todo lo que importa" hecho con Viva Suecia, despidieron por todo lo alto a los más fieles del festival.

Hoy llegan Chemical Brothers, dispuestos a hacer historia en un festival que también aspira a superar los récords del pasado año: 83.000 personas, 15 millones de euros de impacto en la ciudad... Antes de los ingleses, abrirán fuego Los Planetas, los padres de una marea indie nacional que desde hace diez años ha encontrado en el Low a su mejor aliado en las noches veraniegas. Ésas en las que triunfa quien deposita toda su ventura en el más absoluto azar predeterminado.