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Las 515 vidas del jazz en España

Un autor afincado en Alicante recopila la trayectoria de gran parte de los músicos en activo del país

El guitarrista valenciano Ximo Tebar, durante una actuación en el Auditorio de la Diputación de Alicante. En la imagen inferior, el autor. INFORMACIÓN

Antonio Cortés Izquierdo es ingeniero, pero responde al nombre de «Toni Cortés» sin matizar nada cuando se marca su número. Quizá sea porque en el fondo de este técnico, autor de varios manuales sobre mantenimiento de instalaciones industriales, hay un alma de músico de latin jazz. Jubilado y afincado en El Campello, ha dedicado el último año y medio a escribir Jazz en España, un libro que recoge 515 biografías de los músicos que mantienen vivo el género en nuestro país.

Como suele ocurrir, el producto viene de la necesidad. Aficionado al jazz desde hace más de 40 años -cuenta en una entrevista a un medio online que se enganchó con una colección que le regaló un amigo por su boda-, se percató de que todos los cabezas de cartel de los festivales españoles eran extranjeros. Y quiso tomar el pulso a la escena nacional. Para comprobar si en la tierra del desaparecido Tete Montoliu, de Pedro Iturralde o de Ximo Tebar estaba fallando la apuesta por el género por detrás de la primera línea o si lo que no iba bien era la comunicación.

Desconfiando de internet -«no tienes la certeza de que la información sea real»-, vio un hueco informativo que se vio capaz de rellenar. Tras una laboriosa tarea de gestión de contactos y bases de datos, Cortés ha hablado con más de un millar de músicos para escribir una obra que, con vocación enciclopédica, reúne la biografía de 515 compositores e intérpretes y que se completa con un recorrido por las escuelas, salas y festivales donde ocurre el jazz.

«Al final son 515 músicos porque son los que me han remitido información y han querido participar. Algunos han rechazado la proposición y otros me han dicho que no tenían nivel suficiente para salir aquí», cuenta por teléfono el autor. Todos los protagonistas de las entradas están en activo, salvo algunas excepciones, como el citado pianista barcelonés, que aparecen en calidad de figuras indispensables.

Levante, centro, sur y Canarias

El trabajo de campo ha arrojado conclusiones claras. Una de ellas es que el jazz nacional tiene «puntos de efervescencia» alrededor de escuelas y grandes músicos, caso de la Escola Sant Andreu de Joan Chamorro en Barcelona o de las colaboraciones de Tebar con instituciones culturales valencianas. «Cataluña, Valencia, Andalucía, Madrid y Canarias es donde hay más actividad, y también donde se generan más fusiones con la música tradicional», explica Cortés. El apellido «mediterráneo» o «flamenco» que ha desarrollado el estilo tiene que ver con estos epicentros y sus instrumentos populares, aunque también ha visto cómo las escenas del norte dan lugar a fusiones con la música folk céltica.

Otra conclusión que se extrae de las biografías es el sustrato común de los jazzistas españoles: la mayoría vienen de «un gran ambiente musical en sus casas», han aprendido «fuera o con músicos que vienen a festivales» y viven entregados a «varias actividades como la docencia o la escritura» para sobrellevar la enorme precariedad que ha dejado la crisis en un género que prácticamente desapareció de los medios y los grandes presupuestos hace 10 años.

Pero que respira y cambia. «Hay muchos pequeños festivales y salas que no son los tradicionales, y llaman a músicos de aquí para tocar en Holanda o en Alemania. Creo que eso tiene un significado», afirma el autor. Cortés aporta otro dato importante: «De las 515 biografías de músicos en activo, un 10% son de mujeres. Cada vez están más involucradas y reconocidas y tienen más presencia en conciertos».

Aunque Jazz en España se acaba de publicar, al autor ya le han propuesto repetir formato con artistas de Latinoamérica y Portugal.

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