Lo invisible se hace visible en la nueva colección de Juan Vidal, que ayer tomó la lencería femenina como punto de partida para construir prendas que «normalizan la sexualidad de la mujer» mediante sujetadores, ligueros y camisones convertidos en prendas de calle. Hay una serie de prendas que la mujer «no debe mostrar» y otras que sí, pero esas normas no son válidas para Juan Vidal. El diseñador ha dejado a la vista aquello que normalmente no se ve, la lencería, que se ha convertido en la protagonista absoluta de su colección y el punto de partida de todas las prendas.

Una línea de trabajo que se evidencia en unos vestidos «que se desnudan». Prendas que parten de sensuales sujetadores de encaje negro, enganchadas a una falda de satén que cae por el cuerpo de la mujer, como si se desvistiera al caminar. La idea del erotismo en la que se asienta la propuesta se refuerza en un vestido que imita los míticos plisados de Fortuny, sobre el que se imprimen imágenes ampliadas de esculturas clásicas del cuerpo humano.

Así, Vidal rinde homenaje al cuerpo femenino con siluetas ajustadas y otras llenas de volúmenes ligeros, que aparecen en grandes faldas y también en piezas de chándal. Una línea marcadamente deportiva con la que el creador aboga por «la libertad de la mujer» a la hora de definir lo que se considera sexy y apropiado.

Es la primera vez que Juan Vidal incorpora el tejano. Un terreno en el que se ha estrenado con un pantalón vaquero blanco de talle alto en el que se intuía un liguero femenino, y cuyas cremalleras se decoraban con motivos de corazones, el nuevo logo de la firma.

Antes, piezas con vocación de servir al hombre urbano se han visto en el tercer desfile de Duarte en la pasarela madrileña Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, que cerraba el sexto y último día de su edición número 68.