El Auditorio de la Diputación de Alicante vistió sus mejores galas anoche para dar la bienvenida al cantautor catalán, español y europeo Joan Manuel Serrat.

Completamente inundado de espectadores que, aunque le conocen de sobra, nunca se cansan de escucharle, a Serrat le conmueve siempre poder pisar los escenarios y le gusta pensar en cada miembro del público.

La odisea del cantautor recorre ciudades y países en el 47º aniversario de Mediterráneo, uno de los álbumes de su amplia carrera y el más reconocido. El artista barcelonés circula por la carretera y navega desde hace 50 años con anticiclones y borrascas en su trayectoria vital. Despliega las velas musicales, vuelve a mirar al mar, y la entusiasta afición sueña de nuevo, recuerda y saltan las emociones en estas dos horas de concierto con su emblemático catálogo de temas como Lucía, Aquellas pequeñas cosas, Pueblo blanco, Barquito de papel o La mujer que yo quiero.

Otra travesía de ida y vuelta con la que Serrat sigue llenando de experiencias el equipaje. Teniendo en consideración que los sentimientos son el motor de la vida, «Mediterráneo da capo», la nueva gira del cantante, transmite y despierta calurosas ovaciones. Airea las canciones del mítico disco Mediterráneo, con la principal canción que no puede dejar en la cuneta, y otras con su inconfundible timbre de voz. El mismo de siempre, más o menos, a sus 74 años de edad. La música de Joan Manuel Serrat rompe fronteras, une culturas y tradiciones distintas. Entre pateras y yates -recordó que el Mediterráneo de su niñez es hoy «un inmenso sarcófago»-, Serrat pertenece a la estirpe de quienes surcan las aguas y cruzan el charco.

Este joven maduro continúa con la guitarra a cuestas y un puñado de historias que contar en su gira mediterránea. Retratista de paisajes y emotividades con esa sensibilidad creadora y su tono intimista o rítmico, interpreta Tío Alberto, Qué va a ser de ti, Cantares o el himno Para la libertad, de Machado y Miguel Hernández, respetivamente. Deleita a la gente que le ha venido siguiendo, y puede atraer a las nuevas generaciones. Cercano, irónico, comprometido con los derechos y con veteranía para enganchar.

Reivindica la igualdad femenina y las diferentes formas de amor, a la vez que señala: «Mujeres que mueren de amores malos», refiriéndose a la violencia machista.

No faltan el toque burlesco de Algo personal, la canción francesa La mer o Menos tu vientre. Evoca la canción española con Tatuaje, y la nostalgia, no exenta de contemporaneidad, está bien servida por la banda que arropa al líder. Todos pudieron lucirse. También cantó Hoy puede ser un gran día. O una gran noche. De Serrat.