Si hay un espectáulo mundial que nunca defrauda en ninguno de los países que visita ese es el del Circo del Sol. En unos días se podrá apreciar el montaje de las enorme carpa blanca que cobijará durante un mes en los terrenos de Rabasa el espectáculo Totem con el que la compañía canadiense regresa por tercera vez a la ciudad de Alicante, tras su estancia en 2008 con Quidam y en 2011 con Corteo. El Circo del Sol ofrece hoy en Málaga su última actuación y mañana mismo comenzará el viaje hasta Alicante de decenas de trailers y autobuses que trasladarán a 46 acróbatas, actores y músicos, 70 técnicos y empleados y una ingente cantidad de material. El primer espectáulo será el próximo 20 de julio y echarán el telón el 19 de agosto.

Totem es una nueva apuesta por la magia de las acrobacias y la resistencia física que tiene como hilo conductor la evolución de las especies de Darwin. El montaje invita al espectador a un fantástico viaje que arranca con la aparición de la vida en la Tierra y que culmina con la conquista del espacio por parte del hombre, como pudo comprobar este periódico en una de las repreesentaciones de la Costa del Sol.

La Gran Carpa de la compañía permite acoger a los más de 2.500 espectadores que cada noche se dejen seducir por las proezas de los artistas de este título, que también destaca por el uso de detalles escenográficos espectaculares y proyecciones que cambian en tiempo real al ritmo del movimiento de los acróbatas y actores. Incluso se han integrado en el espectáculo las fotos tomadas por Guy Laliberté, el fundador del Circo del Sol, durante su viaje a la Estación Espacial Internacional. Precisamente la altura marca el espectáculo que llega a Alicante, ya que Totem empieza en alto del escenario, desde donde desciende la chispa de la vida, aquella que hizo posible que la Tierra fuese habitada por seres vivos. Nada más alcanzar el gran caparazón que ocupa la pista central, los primeros anfibios del planeta comienzan su frenético baile.

Así comienza esta historia sobre la curiosidad imparable, el deseo de superar retos y la búsqueda de los sueños, características que han guiado al hombre a lo largo de su evolución: desde los humanos prehistóricos hasta que el hombre consiguió surcar el cielo y conquistar finalmente el espacio. Danza con aros, saltos acrobáticos, trío de anillas, monociclos de 2 metros de altura con cuencos, equilibrio sobre manos, diábolo, dúo en trapecio fijo, manipulación, patinadores, barras rusas, contorsiones insólitas y escaladas son los números principales de este montaje en el que, como manda la ley del circo, no falta el humor y la complicidad de los payasos.

Se trata, sin duda, de un sorprendente espectáculo que tras su estreno en Montreal -todos los montajes del Circo del Sol se ven por primera vez en la ciudad canadiense donde se encuentra la sede la compañía- en 2010 ha conquistado el corazón de casi cinco millones de espectadores en todo el mundo.