El Festival de Teatro Clásico de Alicante no sumará este año su tercera edición. La premura en el tiempo y la necesidad de mejorar las infraestructuras, con lo que ello conlleva de inversión, ha llevado al Ayuntamiento de Alicante y a la Diputación a posponer este ciclo, «que no a suspenderlo», puntualiza la concejal de Cultura, María Dolores Padilla.

El festival, que debía celebrarse a finales de agosto, afrontaba el mes de mayo, según la edil, sin que hubiera cerrado ningún montaje, un hecho motivado en parte por los sucesivos cambios de gobierno municipal producidos en pocos meses.

Padilla quiso dejar claro que su intención es «mantenerlo y potenciarlo, porque es un gran valor para Alicante» y «nos gusta reforzar la presencia del castillo en la propuesta turística y cultural», pero también «que se celebre con todas las garantías». En este sentido, afirmó que cuando se puso a trabajar en este proyecto, encargó a coordinación técnica una propuesta para el montaje de infraestructuras «tal como yo considero que debe ser». La respuesta fue económicamente «inviable con el presupuesto existente».

Una partida que suma 30.000 euros, 15.000 por parte de la Diputación y otro tanto por parte del Ayuntamiento. «No está mal, pero resulta insuficiente porque en el castillo no hay infraestructuras, hay que ponerlo todo, y eso sumaba ya más de 30.000 euros». Si a eso se une que «que hay que subir un poco la calidad de los montajes -según la concejal- resulta que si no se sube el presupuesto es inviable realizarlo».

Padilla mira a Mérida y a Almagro como fuente para nutrir el festival alicantino, pero «no ya no tenían fechas libres» y además «a esas compañías hay que darles las condiciones necesarias para que puedan venir; hay que buscar la sostenibilidad económica y de calidad». En este sentido, destacó que «queríamos presentar una programación de compañías profesionales que situaran a Alicante en un contexto de potenciación de las artes escénicas de calidad».

En su opinión, «el primer año las infraestructuras fueron muy deficientes y el pasado se mejoró indudablemente, pero no todo lo que yo me exijo en iluminación, escenario, camerinos, instalaciones para las compañías...». Ante la imposibilidad de «mejorar el nivel de las infraestructuras», la concejal planteó al diputado de Cultura, César Augusto Asencio, retrasar el festival a septiembre y trasladarlo al escenario del Teatro Principal. El problema fue, por un lado, que los montajes que se querían traer ya no tenían fechas, y, por otro, que el Principal tampoco tenía días libres».

El precio de las entradas es otro tema que destaca la concejal. «Los montajes que nos interesan de Mérida o Almagro tienen allí una entrada de 29 euros, mientras aquí eran de 15 euros para 400 espectadores, que son los que caben en el castillo».

En esta situación, «no se va a celebrar este año, pero no es una decisión unilateral, es una decisión consensuada y pensada porque queremos que el festival tenga una mínima calidad tanto en infraestructuras como en compañías». Este año volvía a programar una obra el IVC y entraba Casa Mediterráneo, que tenía previsto ofrecer un montaje en su recinto, y también Aguas de Alicante, «pero necesitábamos buscar más patrocinadores y no ha habido tiempo». Ahora, la edil busca «otras posibilidades o reconducirlo a otro espacio, pero este año es imposible; estoy trabajando ya para el próximo año».

En el mismo sentido se manifestó el diputado de Cultura, que también ve inviable, como se pensó en un principio, montar un escenario en el yacimiento de Lucentum para acoger alguna representación. «Si no hay dinero para hacer las cosas bien, mejor no hacerlas», apuntó.

Los 30.000 euros de esta partida, que quedaban fuera del convenio entre ambas instituciones al entrar como patrocinador Aguas de Alicante, volverán a incluirse en el presupuesto común de ese acuerdo y se empleará «en celebrar actividades culturales estos seis meses», destacó María Dolores Padilla.