P Esta temporada le están dando muy duro los toros. ¿Qué tal se encuentra?
R Afortunadamente bien, pese a que está siendo muy duro, sobre todo a nivel de lesiones de columna. El otro día con la fractura de la L4 lo pasé muy mal y además se me está juntando con la anterior lesión de cervicales que sufrí en Valencia, y no dejan que mi cuerpo se recupere al cien por cien, aunque voy tirando adelante con ilusión y corazón.
P En la actualidad, ¿quién torea con más pureza que usted?
R No lo sé. Supongo que hay muchos toreros buenos que torean puro y los admiro a todos porque cada cual interpreta el toreo a su manera. En cuanto a pureza, me pongo a pensar y no lo sé.
P Y del pasado, ¿con qué torero le hubiese gustado alternar?
R Del pasado y sin haberlo visto me hubiera gustado torear con Manolete porque es un mito, como puede ser hoy José Tomás.
P Dentro de ese alma que le da fuerza, ¿hay alguna inseguridad inconfesable?
R Pues claro que la hay, creo que todos las tenemos y si no la hubiera sería para preocuparse, porque o bien significaría que ya has llegado a dar lo máximo o que eres una persona conformista. En mi caso es una lucha continua y una pelea, salvo en el concepto de cómo debo interpretar mi toreo. En eso no tengo dudas, aunque puedan surgir matices.
P ¿Qué razones hay para salir a jugarse la vida cada tarde?
R Por convicción, por respeto a un animal y también a una afición que cada día llena más las plazas para ver cómo me la juego.
P ¿Cree que los toros pueden estar en peligro?
R Pues hombre, sinceramente creo que no mientras haya toreros que ilusionen y lleven gente a la plaza. Nos atacarán pero nada más. Puedo decir que cada tarde siento la enorme expectación que hay en los aficionados por ir a verme a la plaza y contra esto no hay quien pueda.
P ¿Cuál es su opinión sobre los indultos?
R Soy un defensor total y con todas mis fuerzas del indulto siempre que esté justificado y con sus matices, porque es una de las grandezas de la fiesta. No se debe indultar por indultar e incluso habría que mirar si algunos aficionados son demasiado exigentes con un animal al que piden ir varias veces al caballo porque si no lo hace no es bravo. El año pasado hubo un indulto mío muy polémico de un toro del maestro Joselito que fue un toro tremendo con una historia de superación, porque pasó mucho tiempo cojo y con problemas, apartado en un corral, y cuando salió a la plaza se entregó como ningún otro. ¿Qué queremos? ¿Cómo no se les va a perdonar la vida a estos toros extraordinarios?
P Desde el principio se enfrentas habitualmente a todos los encastes, ¿Cuál es su preferido?
R Pues el toro que es bravo, el que se entrega y el que ofrece emoción. De estos puede haberlos en todas las ganaderías. Lo que hay que tener en cuenta es que ganaderías como Victorino o Adolfo, que yo toreo con frecuencia, son ganaderías muy difíciles por eso no todo el mundo se atreve o no se apuntan en plazas de mayor responsabilidad. Son corridas muy especiales porque el toro bueno tiene un mayor nivel de exigencia, pero la grandeza es poder hacer magia con ellos y desnudar tu toreo.
P ¿Qué lleva en la maleta para distraerse?
R Leo libros e intento estar lo más feliz posible, y sobre todo busco eso de ir corrigiendo los defectos que veo cada tarde, para ser mejor torero.
P Cuando en el siglo XXII los aficionados hablen de Paco Ureña, ¿qué le gustaría que dijesen?
R Pues que se diga que he aportado a mi profesión algo que no hayan hecho otros.
