Pablo Bellot ha subido al aljibe del Castillo de Santa Bárbara un coche quemado, seccionado en tres partes, que compró en un desguace para su nueva exposición, Actos de comunicación, que inaugura hoy a las 12.30 horas. El coche quemado fue una de las primeras imágenes con las que empezó a construir hace años esta muestra en su cabeza y a escribirla en libretas alrededor de una idea: la incapacidad del individuo para comunicarse en el mundo actual.

Gracias a la convocatoria Escletxes del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana, con un presupuesto de 12.000 euros para la producción del proyecto, Bellot, más volcado hacia la pintura, ha podido materializar esta instalación, que se ve por primera vez en Alicante tras pasar por el Centre del Carme de València.

«El tema de la incomunicación me obsesiona desde hace tiempo y la imagen del coche quemado la tengo desde las revueltas en los suburbios de París [de los inmigrantes contra la policía en el año 2005], que quemaban coches en protesta de forma masiva. Este es un acto de alguien que quiere expresar un mensaje muy fuerte, que hace una llamada de atención salvaje que llegua a todo el mundo», explica Bellot, que a este automóvil calcinado ha añadido unos «subtítulos» con fragmentos de canciones de los 80 que se proyectan como «señales de humo».

Mensajes de canciones de Ilegales («tiempos nuevos, tiempos salvajes»), Eskorbuto («no hay amigos ni enemigos») o de Alaska y los Pegamoides se leen en esas proyecciones ascendentes, mientras que en otra de sus instalaciones 64 altavoces que reproducen los sonidos sub-graves de Nacidos para dominar, de Parálisis Permanente, hacen que el suelo reverbere y Agotados de esperar el fin, de Ilegales, aparece reproducida en el código morse lumínico cada vez que alguien entra a la exposición. En otra pieza hay piedras para lanzar mensajes; el propio Bellot manda el suyo propio a un millón de vatios con la palabra «mierda» subido al escenario del SOS Festival, y, por último, un bote de humo de salvamento marítimo se abre para pedir auxilio.

«Al final todo es un puñetazo en la mesa, que como decía Virilio es el último acto de comunicación cuando no hay palabras, es reclamar la atención de lo que quieres comunicar, lanzar un grito de ayuda a la desesperada y aquí doy posibilidades de hacerlo o, por lo menos,de reflexionar sobre ello», indica el artista, a quien le interesa vincular la música a la comunicación en sus obras, que tienen «un punto punk y otro minimal», y en agosto ofrecerá una actividad extra, en la que cuatro grupos de música lanzarán sus propios mensajes en concierto: Alfa Estilo, Brigada, Tipex y Soviet Gin.

La exposición se podrá contemplar hasta el próximo 3 de septiembre.