Los discos en directo tratan de captar, por lo general infructuosamente, el vigor, el poder y el músculo que un artista exhibe cuando se sube a un escenario, en su momento de mayor gloria.

Lógicamente, nada puede por ahora sustituir a la experiencia del directo, pero a lo largo de los años sí que han aparecido algunos discos que casi han logrado recrear la sensación de estar en pleno concierto.

A continuación repasamos algunos de esos álbumes míticos que sí o sí deberían estar en las estanterías de todo melómano que se precie. Una mirada un tanto nostálgica ahora que los discos en vivo no parecen estar precisamente de moda.

Pero como somos ajenos a las modas, vamos allá con una docena de obras clásicas que no ordenamos ni alfabéticamente ni de mejor a menos mejor porque todas son precisas y necesarias.

Made in Japan

La cima creativa e interpretativa de Deep Purple aconteció en el primer lustro de la década de los setenta, con la que se considera alineación clásica: Ian Gillan (voz), Ritchie Blackmore (guitarra), Jon Lord (órgano y piano), Ian Paice (batería) y Roger Glover (bajo). Fue grabado en agosto de 1972 en Japón y llegó a las tiendas en diciembre de ese mismo año. Una banda en estado de gracia sentando cátedra en el entonces incipiente hard rock.

The song remains the same

Deep Purple estaban en lo más alto a principios de los setenta, pero Led Zeppelin les miraban con aire chulesco desde aún más arriba. The Song Remains the Same fue registrado en tres noches en julio de 1973 en el Madison Square Garden de Nueva York, dejando testimonio para la posteridad de lo que eran capaces de perpetrar Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones y John Bonham. Leyendas inmortales del rock duro de talento infinito.

Live at Wembley 86

Como sucede con Deep Purple y Led Zeppelin, hay controversia a la hora de señalar el mejor concierto de Queen, más que nada porque se trata de otra de esas bandas que aún estando en el sobresaliente, siempre parecía poder hacerlo todavía mejor. Por eso, frente a Live Killers (1979) o Live in Montreal (grabado en 1981), nos quedamos con este Live at Wembley 86 por ser casi el último concierto de Freddie Mercury. Una velada emotiva y absolutamente mítica cuando el reinado de Queen era incontestable.

Live at Leeds 1970

No hay lista con los mejores discos en directo de la historia que se atreva a ignorar este Live at Leeds de The Who, grabado en febrero de 1970. Fiel retrato de la gira de presentación de Tommy, el salvajismo sónico desplegado por Roger Daltrey, Pete Townshend, John Entwistle y Keith Moon sigue resultado abrasador hoy en día.

Unplugged in New York

El disco póstumo de Nirvana llegó en noviembre de 1994, pocos meses después del suicidio de Kurt Cobain. Y frente a la rabia plagada de vísceras habitual en el grupo de Seattle, este desenchufado presentaba a una banda sensible y emocionante, casi delicada, liderada por uno de los iconos de la cultura popular del final del siglo XX. La ascensión a los altares de Kurt resultó inevitable.

Live 1975-1985

Cinco vinilos (o tres casetes o tres CDs) hicieron falta para retratar en Live 1975-1985 los diez primeros años de trayectoria musical de Bruce Springsteen a través de la que siempre fue, es y será su mejor baza, esto es, los directos. Un recorrido musical inapelable a través de varios conciertos que, presentados como una unidad, suman en total 216 minutos de coherente gozo para los fanáticos. Parece mucho, pero hablando del rockero de New Jersey no es tanto minutaje.

P.U.L.S.E.

Si los directos de Bruce Springsteen son legendarios, los de Pink Floyd tampoco se quedan atrás. Este P.U.L.S.E. representa uno de sus últimos momentos, pues fue registrado en octubre de 1994 en el Earls Court de Londres, dentro del Division Bell Tour. Al tratarse de Pink Floyd, la parte visual es fundamental, por lo que tuvo, claro, su correspondiente edición en formatos domésticos como VHS y DVD. Los que por separado han hecho David Gilmour y Roger Waters también son excelsos, mención requerida para ambos siempre.