Presentado como «el libro prohibido en España», Fariña desembarca en Portugal convertido en una suerte de material de contrabando, todo un mérito para una obra que precisamente aborda este negocio al margen de la ley, reflexiona su autor, el periodista español Nacho Carretero. El escritor no sale de la sorpresa. En la capital portuguesa, donde su Farinha, editada por Desassossego, es uno de los principales atractivos de la feria del libro, constata la «paradoja hasta graciosa» que vive su obra: secuestrada judicialmente en España, deseada al otro lado de la frontera. Que la obra, que ya tiene acuerdos de publicación en una decena de países, se pueda leer en tierras lusas mientras en España no sea posible hacerlo resulta especialmente simbólico para el libro, que se ha convertido «en una herramienta para denunciar causas», explica Carretero.