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Regreso al Nueva York clásico

El artista alicantino Isidro Blasco expone su última serie en blanco y negro sobre los años 50 de la ciudad americana, acerca de sus calles y edificios más emblemáticos

Obra del alicantino Isidro Blasco sobre su última serie con Nueva York en blanco y negro. información

El pasado está teñido de blanco y negro, como si todo quedara cubierto por una niebla gris ceniza. Es la atmósfera que envuelve lo antaño, lo anhelado, un tiempo que se ha ido para no volver jamás, y que ahora marca la última creación del artista alicantino Isidro Blasco en Nueva York, inspirándose en la capital neoyorquina en un viaje por la América de Marilyn Monroe y James Dean allá por los años 50.

Para ello, Isidro Blasco trabaja como un miniaturista sus obras de «deconstrucción», aprisionando una y varias artes a la vez: arquitectura, escultura y el pequeño modelado realizado a mano. Este es el proceso con el que el artista alicantino forja este «rompecabezas» de sentidos, de emociones, para trasladar al espectador una reflexión inamovible: todo paisaje urbano es nuestra historia personal, es la que nos identifica y nos pertenece, sin que podamos escapar de ella.

«Son como paseos personales en esta ciudad en la que vivo, y en general en todas las ciudades en las que vivimos ahora. Todos tenemos nuestros sitios preferidos a los que vamos una y otra vez, que son tanto parte de la ciudad como parte de nuestra identidad y de nuestra historia personal. Nos identificamos tanto que ya son como parte de nosotros mismos. Muchas veces no somos conscientes de ello, pero si lo piensas un poco tú no serías tú mismo sin estos lugares y sin esta rutina que te lleva a estos lugares y edificios de tu ciudad», comenta Blasco, quien nos encamina por medio de sus obras Rolling housea un paseo por las calles de Nueva York entre icónicos edificios como el Guggenheim Museum, el Flat Iron building o el centro comercial Macys de la calle 34.

«Son siete obras tridimensionales en pared y 14 obras más pequeñas que van enmarcadas. Son todas en blanco y negro, y están construidas con imágenes de Manhattan y de Brooklyn. Con esto quería hacer una referencia al Nueva York clásico de los años 50 que tanto romantizamos y que para mí ha sido siempre muy atractivo visualmente y como idea. El Nueva York de Marilyn Monroe y de James Dean», agrega Blasco sobre una serie que, próximamente, viajará a la galería Dominik Mersch en Sidney, Australia.

El espacio urbano es de esta forma un elemento inspirador en la cultura y el arte, que viene a estar alterado y afectado por otros muchos elementos. «A mí me inquieta la dirección que está tomando la política en este país, la marcha atrás que se está dando sobre todo en lo que concierne a la polución del medio ambiente. La poca conciencia que se había despertado a la gente, ahora ya se ha olvidado, y el deterioro del planeta es galopante», indica Blasco, uno de los artistas más internacionales con que cuenta la provincia, con obra en medio mundo, quien concluye sobre su última muestra que «está hecha de fragmento de las calles de esta ciudad, pero ahora, en vez de mostrarlos como panoramas, dando una visión como tranquila, horizontal, ahora estas imágenes empiezan a doblarse, a subir y a darse la vuelta. Se ha convertido en un remolino, como si no hubiera arriba ni abajo, o como si no hubiera un equilibrio, un centro».

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