P Pregunta obligada: ¿le llamó Pedro Sánchez?

R No, no le conozco personalmente. Tampoco veo cuál es la respuesta correcta a esa pregunta porque hay gente que ve cierta similitud entre Màxim Huerta y yo, ya que los dos escribimos, compartimos editorial... y no veo ningún problema en que Màxim haya tenido un pasado televisivo para ser ministro. Creo que al haber estado vinculado a un programa de actualidad, él está más capacitado para conocer este país que mucha otra gente. Hay muchos políticos que no han visto un desahucio en su vida y sin embargo hablan de ellos.

P Si se lo hubieran propuesto, ¿cuál habría sido su respuesta?

R Que no. Yo no tengo ninguna vocación política. Soy una persona totalmente egoísta y narcisista y lo más político que hago en mi vida es ir a votar.

P ¿Cree que Màxim Huerta será buen ministro de Cultura?

R Estoy seguro de que lo va a hacer muy bien.

P En su último artículo decía que los políticos son ahora estrellas del entretenimiento.

R Desde luego. Los políticos han sustituido radicalmente a las estrellas del corazón, han ocupado su sitio y son protagonistas de horas y horas en la televisión. Solo hay que ver su llegada al Congreso el día de la moción de censura, que parecía una alfombra roja.

P ¿Qué le parece el nuevo gobierno, con once mujeres ministras y dos ministros gays?

R Totalmente adecuado. No creo que haya mejor punto de partida para este gobierno.

P Usted vive ahora en Miami, pero el cambio de gobierno le ha pillado en España.

R Sí, tengo un don de estar donde la noticia pasa. El cambio ha sido trepidante, intenso y fascinante, más aún proviniendo, como yo, de un país como Estados Unidos. España ha demostrado una madurez política y democrática impresionante.

P ¿Cómo ve el país desde fuera?

R Muchísimo mejor que como lo vivís vosotros dentro. Hay añoranza y es difícil desarraigarse de España, pesa mucho y en las comparaciones con Estados Unidos se ve un país mucho más dinámico y vivo.

P Parecía que lo sabíamos todo de usted y sorprende con una autobiografía.

R No es una biografía sino una novela en la que trato la extraordinaria relación que sostuvimos mi mamá y yo durante 49 años y fue a raíz de su fallecimiento cuando surgió hacerla. Pensé que podría servir de instrumento o herramienta a muchas madres y muchos hijos como nosotros y a lo que nos enfrentamos en mi infancia y adolescencia, que fue a una feroz defensa de nuestra independencia, que nos dejaran ser las personas que queríamos ser. Yo también le acompañaba en su lucha, que era dejar que yo fuera una persona libre, que no disimulara y que no estuviera en el armario. Pensé que había llegado el momento de escribirlo.

P ¿Y ha podido ver ya la respuesta de otras medres e hijos en la feria del libro de Madrid?

R Sí, han sido muy repetidas las ocasiones en las que vienen padres con hijos que son gays y es muy emocionante, lo que significa que el mensaje de la novela ha viajado bien.

P Una novela en la que hay humor pero también drama.

R Yo iba a escribir esta novela en cuatro meses y al final se convirtieron en cuatro años. La novela fue adquiriendo con el tiempo más amplitud y es muy poliédrica, con múltiples caras, a veces la veía como una montaña rusa, con muchas subidas y bajadas.

P Le conocemos extrovertido y poco pudoroso pero ¿hay algo que le haya costado más contar?

R La novela es muy franca porque mi madre y yo fuimos muy francos en nuestra relación. Aunque escribía y releía lo que había escrito, hay un episodio de violencia sexual en la adolescencia, brutal, que quedó como la primera vez que lo escribí, no hubo nada que cambiar porque había que dejarlo como había sido. Luego, toda mi reflexión sobre los años 90 en España y mi paso por Crónicas Marcianas, ese momento de cambio tan absoluto en mi vida .. El libro tiene el arraigo, el sabor y el olor de una primera novela pero es innegable que he aplicado el oficio adquirido de las anteriores.

P En el libro dice que el tiempo de tormentas nunca termina de irse. ¿No llega la calma después?

R ¿Quién quiere la calma? ¡Es mucho mejor el tiempo de tormenta! ¡Qué mejor que una tormenta que hace que hasta un compañero de profesión sea ministro! (ríe)

P ¿Está aprendiendo mucho en MasterChef Celebrity

R Estoy aprendiendo a marchas forzadas y a hierro forjado (ríe). Está siendo intensísimo y el programa te obliga a cambiar malos hábitos, como el egoísmo y la falta de disciplina o de orden.