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Miguel Ángel Hernández: «No me atrevía a escribir esta novela ni sabía cómo»

Miguel Ángel Hernández hablará de su último trabajo y de otras historias mañana (12 h.) junto a Luis Bagué en la librería Pynchon&Co

Miguel Ángel Hernández: «No me atrevía a escribir esta novela ni sabía cómo»

Tiene varias novelas escritas, pero ¿esta siempre estuvo ahí la primera?

De alguna manera, esta historia estaba ahí desde el principio. Se puede decir que es la que anidaba debajo de todas las historias que he escrito, la más oculta, pero también la más esencial. La que más dolía. Quizá por eso he tenido que esperar media vida para contarla, porque ni me atrevía a escribirla ni sabía cómo hacerlo.

¿Sergio del Molino le animó a contarla o fue el empujón final?

En realidad, la conversación con Sergio del Molino fue el desencadenante de algo que ya estaba a punto de salir. La gota que colmó un vaso que estaba cerca de desbordarse. Supongo que esa conversación en otro momento no habría causado ese efecto.

Dice que escribir esta historia no ha sido tan liberador como pensaba. ¿Cómo se siente hablando de todo lo escrito?

Al empezar a escribir estaba convencido de que el libro iba a ser una especie de catarsis, que la escritura iba a servir para domesticar el trauma. Pero no fue así, y afrontar el pasado despertó todo lo que estaba dormido. Ahora, en cada entrevista, en cada presentación, todo regresa de nuevo. Es como si el trauma se repitiese. Una y otra vez. Lo único que ocurre es que ya no actúa a un nivel oscuro sino a la luz. Es, digámoslo así, una repetición visible, y algo más controlable. Escribir ha sido sacar a la luz lo oculto, pero no eliminarlo. Sin embargo, a veces es mejor ver las heridas que dejarlas supurando en la oscuridad.

¿Se ha arrepentido de haberla publicado en algún momento?

Quizá en los primeros momentos, cuando el libro llegó a casa y aún nadie la había leído. Pensé en ese momento que me había equivocado al publicar esto, que no tenía que haberlo hecho. Pero a los pocos días comencé a recibir mensajes de los lectores y eso lo cambió todo. Se reconocían en la historia que contaba allí. No la del crimen, sino la del desarraigo y la relación contradictoria respecto al lugar en el que uno ha nacido, también se reconocían en ciertos traumas de la adolescencia. Y me decían que el libro los había conmovido y les había servido para reconocerse a través de mi historia. Fue en ese momento cuando comencé a pensar que el libro había tenido sentido. Y respiré.

¿Cómo decide escribir la historia en forma de trama detectivesca?

Creo que porque escribía intentando encontrar algo. Al principio, quería saber los motivos que llevaron a mi amigo a hacer lo que hizo. Después quería seguir encontrando respuestas, lo que ocurre es que aún no sabía cuáles eran las preguntas. De alguna manera, esa estructura me ayudó a ir indagando en lo que quería saber. Se podría decir que lo que busca el escritor es saber qué quiere saber.

¿Esta novela le ha servido para comprender mejor a su amigo o a usted mismo?

Me ha servido sobre todo para entender algo del pasado que había quedado en el olvido. Ha sido una manera de comprenderme, de reencontrarme con mi yo de aquellos años. Pero comprender al otro? eso es siempre muy difícil. He logrado entender lo que sentía por él, o lo que sigo sintiendo, y también a poner cierto orden en el conglomerado de emociones que estaban presentes en mi memoria. Pero, desde luego, aún hay mucho por explicar. La literatura no resuelve el mundo.

La autoficción domina hoy en muchas novelas. ¿Encaja la suya con ese término?

Es una etiqueta que puede llegar a simplificar la complejidad de las novelas. Se aplica hoy a cosas que no tienen demasiado que ver entre sí, más allá de que hay una primera persona narrativa que coincide con el autor. Creo que en este sentido laxo, podría decirse que es autoficción. Pero se ajusta mucho más a lo que podríamos llamar «novela autobiográfica», porque la relación con lo que se cuenta no es ficción, sino realidad.

¿Qué será lo próximo que escriba?

Pues no tengo ahora la menor idea. Es la primera vez que me pasa. Tenía ciertas ideas para novelas, pero ahora estoy en el proceso de asumir la recepción de esta historia que aún sigue reverberando. Me gustaría escribir algo alejado de la autobiografía. Quiero salir un poco de esa presión ética de escribir desde lo real. Pero supongo que eso no puedo decirlo ahora. Las historias no se buscan, te encuentran. Y escribiré aquello que ya no me pueda aguantar a contar. De momento, ninguna historia demanda salir a la superficie. Me están dejando descansar.

¿Qué le ha parecido el nombramiento del escritor Màxim Huerta como ministro de Cultura?

Me parece que hay que darle un voto de confianza. Es alguien enamorado de los libros y el cine. Eso ya es mucho más de lo que hemos tenido en otras ocasiones.. Espero que tenga suerte y que se rodee de un buen equipo. Al final eso es tan fundamental como sus propias iniciativas.

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