P ¿Esto de tocar sola con su piano es que los tiempos están difíciles?

R Es con lo que vengo funcionando desde que empezó la crisis y me eché a la carretera. A parte de ser una manera de sobrevivir a los tiempos difíciles, es la manera de mostrarle al público que sigue mis canciones cómo las hago, cómo se me ocurren, el por qué de todo. Es como invitar a la gente al salón de mi casa donde me siento a componer. Si una canción tiene consistencia funciona con poco aderezo.

P Al final acabará aceptando que la jota se inventó en València.

R (Ríe) La jota no se sabe dónde nació. Es difícil de determinar porque es el único género común en toda la península ibérica. El flamenco nació en el sur y ahora encuentras buenos músicos de flamenco en todas las partes, pero no es común en toda España. La jota es el género ibérico por excelencia.

P Usted la ha mezclado con el jazz, con el rock... Le falta mezclarlo con el rap.

R Hay muchas de las cosas que he mezclado con la jota y es porque muchos géneros musicales vienen de ella. A finales del siglo XVII ya existía y ha dejado su impronta en muchas músicas.

P Y también ha cantado jota en inglés, aunque eso ya lo hizo antes que usted el mítico Pastor de Andorra.

R Sí, José Iranzo cantó una jota en inglés ante Kennedy. Lo que pasa es que él no sabía inglés y yo me crié al lado de una base americana, y en vez de hacerlo en broma lo he hecho en serio. Algo tiene que ver el jazz y la jota, por la influencia de la jota en la habanera, y la habanera en la música en Nueva Orleans tuvo mucha influencia porque introdujo la sincopa, tal cómo ha demostrado mi paisano y erudito Santiago Auserón.

P Mucha gente de aquí conoce más a un bluesman del Mississippi que a un revolucionario como el Pastor de Andorra ¿Por qué?

R Cuando me dicen que la jota es muy rural yo les preguntó: ¿De dónde creéis que viene el blues o el jazz? ¿Acaso no es rural también? El problema es que nuestra historia está muy politizada y que la gente se avergüenza de ella. La jota, como la copla o cualquier folclore, la usó el régimen franquista para incentivar sus valores. Pero la jota ya estaba allí antes, no la inventó él, tenía un valor por sí misma. Cuando acabó la dictadura la gente estaba ávida de cosas de fuera, y se hablaba de la caspa del pasodoble, la caspa de la copla, la caspa de la jota. Hay que limpiar las miradas, pero como eso no se hace?

P Antes estaba metida en todas las reivindicaciones sociales del mundo, pero ahora la vemos menos. ¿Se ha hartado?

R Llevo años que he bajado el perfil. Más que hartazgo, es que he aprendido. Me he dado cuenta de que me he desgastado en causas que luego han sido manipuladas y he pagado las consecuencias profesionalmente. Hay muchas cosas que no son lo que parecen, y yo como no milito en nada porque me he llevado muchos desengaños, ya que no puedo luchar contra ello lo que voy a hacer es no fomentarlo.

P ¿Cuándo aprendió más, cuando era alumna de conservatorio o cuando cantaba en las verbenas?

R Del conservatorio me expulsaron por heterodoxa. Para estar en el escenario, se aprende más en la verbena del pueblo, en bodas, bautizos y comuniones y en el hotel Papa Luna de Peñíscola. En el conservatorio te enseñan a leer partituras, pero no presencia escénica ni interpretación ni saber estar cuando tienes un señor borracho entre el público. Y luego está la carretera, cargar y descargar el equipo. Eso es algo que las criaturas que fabrican en los programas de televisión, que de la noche a la mañana hacen de ellos falsas estrellas, no saben valorar lo que significa, probrecicos míos. A ellos les parecen normales las grandes promociones e irse al hotel después de cantar, y cuando lo pierden es un drama. No saben lo que vale todo esto.

P ¿Cómo le afectó romper con la multinacional en la que había trabajado desde su primer disco?

R He vuelto a ser la Cenicienta de siempre. Tengo más libertad, pero me cuesta más que se entere la gente cuando saco algo. Pero no me quejo. Ahora, al estar fuera de allí he valorado más lo que significó estar en una multinacional. Pero eso ya se terminó y ahora soy yo la que hace todo lo que antes me hacía la discográfica.

P ¿Cómo le ayudó el premio Nacional de las Músicas Actuales que ganó en 2014?

R Me ayudó a continuar ese año y los dos posteriores. Venía de dos percances: la inversión de grabar el disco Ejazz con jota en Boston y que los managers que tenía se largaran con mi dinero. Fue un año terrible, pero ese premio me llenó el agujero y me ayudó en los dos años siguientes. El año pasado el trabajo ya empezó a flojear, y éste ahí va, navegando. No mal del todo pero tampoco boyante. En verano se anima, pero luego estamos pendientes de un hilo.