Los Premios Rei Jaume I a la ciencia y el emprendimiento, con motivo de su 30 aniversario, elevaron ayer la voz al reclamar «un compromiso de financiación estable de la Investigación y el Desarrollo (I+D) que permita alcanzar y ejecutar el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) antes de 10 años». Esta exigencia «imprescindible e inaplazable» para los 18 Nobel del jurado y los ganadores de los Jaume I de estas últimas tres décadas, supone elevar la inversión en 10.000 millones de euros los fondos que destina España a la I+D.

El gasto español en I+D, según los últimos datos oficiales (2016) fue de 13.260 millones de euros, el 1,19 % del PIB. Alcanzar, y ejecutar, el 2% del Producto Interior Bruto en inversión en Investigación y Desarrollo supone pues incrementar en un punto del PIB la cuantía destinada a la I+D, lo que se traduce en otros 10.000 millones de euros más.

El manifiesto por la Ciencia, la Innovación y el Emprendimiento suscrito por los Nobel y los premiados Jaume I desde que el bioquímico valenciano Santiago Grisolía fundó estos galardones en 1988, insiste además en que la inversión ejecutada en I+D por el sector privado alcance dos tercios del total. Ahora supone alrededor del 47%.

La catedrática de Análisis Económico de la Universidad de Alicante (UA), Carmen Herrero, la primera mujer que ganó el Jaume I de Economía (2017) fue la encargada de leer este manifiesto redactado en la víspera de que hoy el jurado proclame a los seis ganadores de los Jaume I 2018.

El escrito destaca que la crisis «cercenó la financiación de la ciencia con consecuencias cuyo alcance aún no se ha manifestado en toda su magnitud, pues la tenacidad de los investigadores y los trabajos iniciados en épocas de cierta bonanza alimentan aún numerosas publicaciones por un simple efecto de inercia, dando así la falsa apariencia de que la intensidad de la investigación se mantiene».

Tres puntos «inaplazables»

Incrementar el lugar de reducir el gasto en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), según leyó Herrero, «es esencial para ganar competitividad y garantizar un progreso constante, sostenible e inclusivo». El manifiesto consta de tres puntos «inaplazables»: «alcanzar un pacto de Estado por la Ciencia con financiación estable; «crear un órgano de gestión y evaluación del sistema de I+D+i realmente independiente»; y «fomentar una mayor participación empresarial en las actividades de I+D+i».