Una pareja que vive en Alicante toma la decisión de adoptar en Rusia y para ello contacta con una organización especializada en estos temas. Un argumento que puede parecer manido y poco original. Sin embargo, la historia se desdobla y aborda, por un lado, una trama criminal y, por otro, la capacidad especial de un niño cuya abuela se vio sometida a la radiación en Chernobyl cuando estaba embarazada de su madre.

Con estas dos líneas argumentales, Bajo el signo de la noche toma otra cariz y se convierte en un thriller psicológico, fruto de un arduo trabajo de documentación de su autor, el alicantino Roque Pérez Prados. Esta es la segunda novela de este doctor en Optometría y diplomado en Novela Negra por la UA, que ya la presentó en Madrid y que hoy lo hará en la librería 80 Mundos de Alicante, a las 20 horas.

La clave de esta historia, de la que el escritor no quiere dar muchas pistas, está en las «capacidades especiales» de Nicolai, el niño adoptado, que no son fáciles de asumir, y también en las tres condiciones que la sociedad filantrópica a la que acuden los protagonistas para adoptar les exigen para poder llevarse al niño.

Pérez Prados, miembro de la Asociación Española de Escritores de Terror y autor también de Veinte maneras de bajar al sótano, asegura que hay notas autobiográficas, ya que se desarrolla en Alicante. «Tiene recuerdos míos, de mi colegio y de los que han ido mis hijos». También aparece el Cabo de las Huertas, el Puerto, la Explanada «y hasta hay un tiroteo bestial en el Hospital General».

Además, apunta el escritor, es una novela «muy visual». Hasta el punto de que ya está en manos de «algún director de cine» porque «es susceptible de que se lleve a la gran pantalla».

El proceso de documentación ha sido muy intenso, «con asistentes sociales, abogados especialistas en adopción, con policías... está muy documentado y aunque pueda parecer fantástico, la realidad no queda tan lejos de lo ficticio».