Difícilmente volverá a repetirse en lo que resta de año una jornada cultural tan diversa y complementaria a su vez como la vivida ayer con el Spring Festival y Alacant Desperta. Dos certámenes con filosofías distintas pero con fines comunes que, sobre los pilares fundamentales del entretenimiento, acogieron a miles de personas con el especial tirón y atractivo que siempre aprisiona la música en directo.
Alacant Desperta, en el Tossal, simulaba un parque de atracciones cultural. Dividido en secciones, en la zona intermedia, se ubicaba el brake-dance, que despertó un enorme interés por los «piques amistosos» de los contrincantes; abajo, bailes escénicos, coreografías, timbales y muchos aplausos; un poco más abajo, yoga y algo de graffiti; y abajo del todo, poesía con recitales que la gente, tendida sobre el césped, escuchaba con atención relajada.
Alacant Desperta funciona como eso mismo, como un laberinto en el que aflora la sorpresa, con un concierto por allí, un rapero por allá o una zona de acrobacias y circo al final. Un aparente caos que otorga al visitante un plus de atracción, de viveza cultural, que encierra además un mensaje todavía más importante: la cultura urbana funciona, engancha, gusta y encandila a numerosos jóvenes que ocuparon las zonas habilitadas. Un éxito de convocatoria, con numerosas familias acudiendo en un goteo incesante, que seguro superará las 10.000 personas de la pasada edición.
Para ello, también se había confeccionado un ambicioso programa con más de 200 actividades y 300 artistas bajo el lema «Arte per conviure». Una interesante oferta (que continúa hoy domingo), especialmente diversa, sencilla pero también compleja (la instalación era muy básica, con carpas y micrófonos, por lo que con poco se alcanzó muchísimo), en un festival sin duda con marca de distinción, con personalidad propia, que entiende la cultura como un encuentro abierto al conocimiento. Y prueba de ello fue lo visto ayer con talleres para niños, proyecciones, teatro, poesía, deportes urbanos, rock, djs y electrónica.
Por otro lado está el Spring Festival, que ya ha asumido la tradición de abrir el circuito de festivales y música en directo en la provincia, siempre a finales de mayo, en la zona del Puerto de Alicante. En total, durante los días de conciertos, cerca de 20.000 personas venidas de toda España vivieron con intensidad los grupos de referencia que ha contado este año el Spring, con Los Planetas y Dorian actuando el viernes, e Izal y y La Casa Azul el sábado, volviendo a poner en un escalón muy alto la calidad de su cartel.
Ayer, con un «especial tardeo», y con el paréntesis de la final de la Champions League en juego, el Spring Festival acogió a miles de personas (8.000 el viernes, según la organización, y 12.000 el sábado, con un ambiente inmejorable) con momentos memorables con Los Planetas, que volvían a Alicante tras diez años de ausencia, y tras ellos Dorian con sus ya clásicos «La Isla» o «A cualquier otra parte, en la que desplegaron una gran lluvia de confeti.
Los alrededores del Spring Festival no tuvieron apenas problemas con el «botellón» y el «ruido» que normalmente provoca este tipo de eventos, puesto que el escenario se ubicaba al final de la zona Puerto, con la música apuntando al mar. Eso sí, el decorado de fondo, con el castillo de Santa Bárbara en lo alto, hacía del lugar un paisaje todavía más espectacular para disfrutar los temas de Izal, sin duda uno de los grupos más esperados durante el fin de semana.
